Este artículo se publicó hace 12 años.
La oposición en bloque deja solo a Rajoy con sus recortes
Todos los grupos disparan críticas hacia el Gobierno por su tijeretazo, por criminalizar a los funcionarios y por aprobar medidas "injustas e ineficaces"
"Guten tag", saludó con fina ironía el peneuvista Pedro Azpiazu al pleno de la Cámara esta mañana. Como antaño el profesor hacía repetir a los niños "la eme con la a, ma", hoy, "la seño es la canciller Merkel" que da la murga con la erre. "Erre de rescate que implica recortes que nos conducen a una inevitable recesión, que obliga a nuevos recortes que agravan la recesión. El rescate son más recortes y mayor recesión. Y esto acaba como el rosario de la aurora, con paro, con mayor crisis social, fuera del euro y fuera de Europa".
El mal presagio expresado por el PNV, igual que su profundo y rotundo rechazo a un "decretazo de impacto negativo" para la economía y que además contiene "medidas injustas e inequitativas" fue la moneda común empleada por absolutamente toda la Cámara. Hasta el diputado de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Carlos Salvador, hasta ahora báculo del PP en todas sus votaciones comprometidas, puso tierra de por medio, reconoció que "muchas" de las medidas contenidas en el decreto no le "gustan" y se abstuvo. Resaltaba así, con una crudeza insólita, la imagen de soledad de los conservadores.
Había empezado la mañana de reproches Alfredo Pérez Rubalcaba, ajustando esta vez su discurso al paisaje de emergencia que dibujó el real decreto ley de ajustes publicado el sábado en el BOE. Detrás de él siguió la catarata de durísimas críticas del resto de grupos. Quizá el más amable fue CiU, pero sólo en las formas, porque su respuesta al tijeretazo de Mariano Rajoy caminó en la misma dirección: no, no y no.
La indignación, el repudio y la ira de la oposición se palpaba en la mayor parte de las intervenciones. A fin de cuentas, la de hoy en el Congreso, un debate corto para convalidar el decreto del Ejecutivo, será la única ocasión en la que la Cámara discuta del ataque a las condiciones laborales de los funcionarios, de la subida del IVA, de la reducción del subsidio de desempleo o de la merma de la dependencia, más allá del anticipo que supuso ayer la sesión de control. Para simbolizar incluso la "ruptura" y el cisma con el Gobierno, varias formaciones –Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), BNG, ERC, Amaiur y Compromís-Equo– se ausentaron en la votación, cruzado el filo de las dos y media de la tarde.
Los grupos censuran el "sadismo" del Gobierno y su sumisión a Merkel
El Gobierno practica el "sadismo social", aprueba una "ley de excepción, una ley portaaviones de la que hace despegar todo tipo de armas de destrucción masiva de derechos", reprendió irritado el ecosocialista Joan Coscubiela, de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA). Este es "el mayor atentado a la mayoría de la historia de la democracia. El '¡que se jodan!' es mucho más que una anécdota –refrescó Francisco Jorquera, portavoz del BNG–, es una imagen que nos retrotrae a tiempos pasados y que demuestra su falta total de sensibilidad". "Dinamitan" el Estado social, "fulminan" el Estado del bienestar y "cepillan" el mapa autonómico, completó Teresa Jordà (ERC). Joan Baldoví, único diputado de Compromís-Equo, habló de "machetazo" a los ciudadanos. Uxue Barkos, de Geroa Bai, se negó a avalar un "desguace de los cimientos del Estado del bienestar sin poner orden previamente al sistema financiero".
No afloraron concesiones al Ejecutivo. No sólo por los efectos de los recortes en la mayoría de los ciudadanos, sino también por otras razones. Uno, como traslucían esas palabras de Azpiazu, la obediencia al yugo de Alemania. "Lo suyo es un Gobierno franquicia del protectorado de Merkel", combatió Sabino Cuadra, de Amaiur. Dos, porque hundirán aún más la economía –"No se puede tensionar más el gasto privado, porque se puede gripar el motor, y el motor es España", criticó Enrique Álvarez Sostres (Foro Asturias)–. Tres, porque las fuertes medidas de ajuste no servirán para embridar el déficit y se probarán "injustas e ineficaces". Cuatro, por la afición a "ocultar parte de la verdad", según afeó Rosa Díez: "Lo peor no son sus medidas, injustas e ineficaces. Lo peor son sus mentiras". Y cinco, porque se criminaliza a los funcionarios.
Un Ejecutivo "chulo con los débiles""¡Vaya tirria que le tienen a los servicios públicos! –exclamó Pedro Quevedo, de Coalición Canaria–. La mejor forma de acabar con ellos es desprestigiándolos, como a los parados". Se podía decir de forma aún más simple, según Díez: "Les está llamando vagos. Es una enorme irresponsabilidad y es falsear la verdad". Lo mismo denunció Coscubiela: "Dejen de intimidarlos diciéndoles que no pueden pagar sus nóminas".
Díez reprocha a Montoro que trate a los funcionarios como unos "vagos"
La contundencia de Díez soliviantó a Cristóbal Montoro, que antes había defendido el real decreto ley. El ministro pidió que retirara el término "vagos", porque él no había insultado a los empleados públicos. La diputada de UPyD se negó. Celia Villalobos, que en ese momento presidía la Cámara, intentó forzar la máquina. Y Díez se volvió a negar, puesto que era una "apreciación" que había podido colegir del discurso del titular de Hacienda. "Hay interpretaciones que lo que hacen es referir la calidad de la persona que acaba de intervenir", le soltó Montoro con inquina.
CiU utilizó medicina más blanda. Josep Sánchez Llibre se quejó de la falta de diálogo y escoró prácticamente su discurso hacia la crítica por la falta de "lealtad institucional" del Gobierno con las comunidades autónomas, a las que aprieta más con el déficit mientras el Estado, dijo, se "queda con la totalidad" del 1% de relajo que autoriza la Unión Europea a España. Es un "exceso de prepotencia y soberbia". Los convergentes, no obstante, se distancian igualmente de la política fiscal "errónea y confiscatoria" que provocará una "economía de guerra con índices de consumo menores" y un "grave perjuicio" para el tejido productivo.
La oposición de izquierdas consideró rotos todos los puentes con el tijeretazo de Rajoy. BNG e Izquierda Plural pidieron otra vez un referéndum, para que los españoles se pronuncien y evalúe a un Ejecutivo que sabe ser "chulo con los débiles y cobarde con los poderosos", en palabras de Coscubilea. Porque además la gente, advirtió, no se va a arrugar "No han conseguido que la ciudadanía se resigne por mucho que se levanten vallas", expresó, en referencia a un Congreso convertido desde la pasada semana en un búnker y trinchera de policías. "Dolores Ibarruri dijo: '¡No pasarán!'. Vosotros no pasaréis", avisó Cuadra.
PLANTE DE TODA LA IZQUIERDA MINORITARIA"Europa necesita mensajes no de obediencia, sino de rebeldía"
Izquierda Plural actuó de avanzadilla, adelantó que se plantaría en la votación de hoy, y consiguió sumar apoyos. Los tuvo todos, todos los apoyos de toda la izquierda minoritaria.
Cuando se iba a producir la convalidación del real decreto ley, el presidente de la Cámara, Jesús Posada, autorizó a los diputados rebeldes a que salieran del salón de plenos. Los parlamentarios se levantaron de sus escaños y se dirigieron hacia la puerta. Mientras, uno de los miembros de Izquierda Plural, Joan Josep Nuet (ICV-EUiA), iba grabando el plante. Posada automáticamente le reconvino, pidiéndole que dejara de filmar, porque no les estaba permitido hacerlo a los diputados. Como si las cámaras de televisión no estuvieran recogiendo y transmitiendo el momento.
Acto seguido, los representantes de IU, ICV, CHA, ERC, BNG, Amaiur y Compromís-Equo comparecieron en los pasillos del Congreso para explicar las razones de su abandono del hemiciclo. Las dieron en castellano y en las demás lenguas del Estado: catalán, euskera, gallego y aragonés.
"No queremos ser cómplices de esta votación en ningún sentido –dijo Cayo Lara con toda ceremonia–. Europa no necesita mensajes de obediencia ni de fe ciega, sino de rebeldía". A los "especuladores", el coordinador de IU les avisó de que no van a tener a una Europa "que trabaje para ellos": "No van a gobernar los no elegidos por los ciudadanos construyendo una Europa de élites, clasista. No vamos a permitir que sigan construyendo una Europa de más pobres y menos ricos".
Mikel Errekondo, de Amaiur, enarboló el "¡No pasarán!" y refrendó que su lugar, el de todos los que habían secundado el plante, era del lado de las movilizaciones. Las de esta tarde y las que se vayan convocando, incluida la huelga general en Euskadi del 26 de septiembre. "No nos pondrán de rodillas y no lo van a conseguir", sancionó Joan Baldovía, portavoz de Compromís-Equo. "No entendemos para qué sirve tanto sufrimiento, tanto padecer y tanto derribo del bienestar y tanta anulación del autogobierno", apuntó Alfred Bosch, de ERC, quien como Chesús Yuste (CHA) y Francisco Jorquera (BNG), reclamó la convocatoria inmediata de un referéndum o, si no, elecciones anticipadas.
Los portavoces llamaron a la movilización y a la protesta de la ciudadanía como única salida al "Estado de excepción" con el que el Gobierno, ilustró Joan Coscubiela (ICV), quiere enjaular España.
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