Este artículo se publicó hace 16 años.
La ONU renueva el mandato de su misión de paz en Darfur sin el apoyo de EE.UU.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó hoy una resolución que renueva por un año el mandato de la misión de paz en Darfur y expresa la preocupación de algunos de sus miembros sobre las posibles repercusiones del proceso contra el presidente sudanés, Omar al Bachir, en la Corte Penal Internacional.
La resolución recibió el apoyo de 14 miembros del máximo órgano y la abstención de EE.UU., que trató sin éxito cambiar el contenido del texto en unas intensas negociaciones que se extendieron hasta dos horas antes de que expirara el mandato de la fuerza internacional, a las 04.00 GMT.
El texto aprobado extiende hasta el 29 de julio de 2009 el mandato de la misión de paz que la ONU y la Unión Africana (UA) desplegaron hace un año en Darfur para proteger a la población civil atrapada en el conflicto entre el Gobierno sudanés y grupos rebeldes.
El documento redactado por el Reino Unido recalca "la necesidad de reforzar la seguridad de las tropas" que componen la misión conjunta de la ONU y la UA (UNAMID) después de que haya sido objeto de sangrientos ataques en los últimos meses.
Recuerda a Sudán su compromiso de colaborar con el contingente internacional "para que todas sus fuerzas (de UNAMID) se desplieguen" cuanto antes en el país africano.
También se subraya que los quince toman nota de las "preocupaciones expresadas" por algunos de sus miembros por las "potenciales" consecuencias para la paz en la región que tendría la imputación de Bachir por genocidio.
Pero posterga "para más adelante" la posibilidad de que el Consejo intervenga para suspenderlo.
En ese sentido, se hace eco de la solicitud de la semana pasada de la UA al Consejo de Seguridad para que invocara el artículo XVI del Tratado de Roma que le autoriza a suspender indefinidamente un caso del tribunal internacional con sede en La Haya.
Este fue el párrafo al que Washington puso objeciones por considerarlo un respaldo a la impunidad y trató de eliminarlo durante las negociaciones que retrasaron durante siete horas la adopción de la resolución.
El embajador adjunto estadounidense ante la ONU, Alejandro Wolf, aclaró que su país "respaldaba con firmeza" el mandato de UNAMID de proteger la población civil amenazada por un conflicto que se ha cobrado unas 300.000 vidas.
"Los EE.UU. se abstuvieron porque se agregaron palabras al texto que envían un mensaje equivocado al presidente Bachir y socavan los esfuerzos por llevar ante la justicia a los responsables de crímenes", agregó.
Por su parte, el embajador británico ante la ONU, John Sawers, lamentó que "la falta de tiempo" no hubiera permitido encontrar un texto que asegurara la unanimidad del Consejo de Seguridad.
Al mismo tiempo, recalcó que la referencia a la petición de la UA no implica un apoyo a la suspensión del proceso contra Bachir, que es un asunto sobre el que se puede "debatir en otro momento".
La Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) solicitó el pasado 14 de julio al tribunal el arresto del presidente de Sudán por considerarlo responsable de genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en el conflicto de Darfur.
Los magistrados de la sala preliminar del tribunal pueden demorarse unos tres meses en decidir si las pruebas mostradas constituyen una base razonable para hacer efectiva la orden de detención.
Los tres representantes africanos en el Consejo, Sudáfrica, Burkina Faso y Libia, además de China y Rusia, respaldaban la inclusión de una enmienda en el documento que suspendiera la posible imputación de Bachir en La Haya.
El Reino Unido, Francia y EE.UU., entre otros, se oponía por considerarlo fuera de lugar, pero menos Washington aceptaron mencionar la preocupación de la UA como una fórmula de compromiso.
"Pensamos que abandonar algunos de los elementos que defendíamos no es una acción en vano si logramos el apoyo de catorce miembros del Consejo", apuntó el embajador adjunto de Libia, Attia Omar Mubarak.
La crisis humanitaria en la provincia de Darfur ha dejado desde que se desató en 2003 unos 300.000 muertos y al menos 2,5 millones de desplazados, según estimaciones de la ONU.
El Consejo de Seguridad autorizó en 2007 el despliegue de UNAMID, misión de paz que debería de contar con 25.000 uniformados, pero que por ahora solamente tiene 7.818 militares y 1.661 policías por el reducido número de países interesados en aportar efectivos y las trabas puestas por Sudán a la presencia de militares no africanos.
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