Este artículo se publicó hace 16 años.
Una ONG pide cerrar el CIE de Málaga
Red Acoge denuncia la precariedad de los inmigrantes retenidos
“Comida en mal estado, hacinamiento, falta de asistencia sanitaria, medicación suministrada por los policías ante la ausencia de personal sanitario, falta de intérpretes, gravísimos problemas de higiene y estado ruinoso de las instalaciones”. Es parte de la colección de denuncias que la delegación andaluza de Red Acoge presentó ayer sobre los 18 años del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Capuchinos (Málaga) en su libro Centros de Internamientos de Extranjeros. Cárceles encubiertas.
El informe pide el cierre inmediato del centro y señala con especial preocupación la ausencia actual de intérpretes y médicos permanentes. También destaca su preocupación por utilizar un antiguo cuartel con humedades para retener a los inmigrantes a la espera de su expulsión: “Cuando se crearon los CIE en 1985, la Ley negaba su carácter penitenciario, pero con el tiempo se ha internado a los extranjeros en viejas cárceles o cuarteles en desuso, como en Algeciras o Málaga”, criticó José Luis Rodríguez Candela, coordinador jurídico de Andalucía Acoge.
La Ong añadió que hoy día “existen más garantías en las cárceles que en los CIE. Ojalá se internase a los inmigrantes en prisiones. Sería más seguro si la vigilancia estuviese en manos de funcionarios civiles en vez de policías, no formados para retener a una persona más de 72 horas”.
Respecto a las condiciones de estancia de los retenidos, destacaron el hacinamiento de hasta 12 internos en módulos de menos de 30 metros cuadrados en algunos centros.
Además, recordaron las denuncias que se recogieron en 2006 contra el CIE de Málaga (al que dedican un estudio pormenorizado en el informe). Aquel año, siete agentes de policía fueron acusados de abusar de varias internas o de encubrir los hechos. El caso acabó con el cese del jefe de seguridad y el director.
Pero más allá de los datos históricos, fuentes del Ministerio del Interior aseguraron ayer que el libro recoge una serie de contradicciones que hacen dudar de la fiabilidad de sus argumentos: “Critican la falta de transparencia, pero que adjuntan informes de Ong que han estado dentro. También denuncian malas condiciones de salud y falta de asistencia, algo que no comparte el especialista de Médicos del Mundo que firma uno de los informes”. Sobre la polémica de las repatriaciones masivas, Interior negó que España esté practicando en la actualidad este tipo de devolución.
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