Este artículo se publicó hace 15 años.
Octubre, el mes más mortal para EEUU en Afganistán desde 2001
Octubre ha sido el mes más sangriento para las tropas estadounidenses en Afganistán desde el principio de la guerra en noviembre de 2001, informaron el martes responsables del Pentágono.
La muerte de ocho soldados en varios ataques el mismo martes lleva el total de muertes de este mes a 53, dos más que el anterior récord, en agosto de este mismo año, según las autoridades.
A pocas semanas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales afganas, varios soldados resultaron heridos también en "múltiples complejos ataques (con bomba)", al día siguiente de que 11 soldados norteamericanos murieran en diferentes incidentes al estrellarse los helicópteros en los que iban.
El aumento de la violencia llega cuando el presidente de EEUU, Barack Obama, está estudiando si enviar más soldados a Afganistán para combatir la insurgencia talibán, que se encuentra en su nivel más fuerte desde noviembre de 2001, cuando la invasión liderada por Estados Unidos derrocó el régimen talibán.
Los esfuerzos dirigidos por EEUU para estabilizar el país se han visto aún más enmarañados por semanas de tensión política tras las elecciones presidenciales, socavadas por un fraude generalizado en favor del presidente, Hamid Karzai, lo que ha forzado que se celebre una segunda ronda, prevista para el 7 de noviembre.
El martes, la campaña de Karzai dijo que la segunda vuelta debe llevarse a cabo aunque se retire su rival, Abdulá Abdulá. El presidente afgano aceptó la semana pasada celebrar la segunda vuelta en medio de una intensa presión internacional, después de que una investigación por fraude apoyada por la ONU anulara una gran parte de los votos que recibió en los comicios del 20 de agosto.
Desatando la especulación de que pudiera retirarse de la carrera electoral, Abdulá, ex ministro de Asuntos Exteriores de Karzai, estableció una serie de condiciones que fueron rechazadas inmediatamente por la campaña del presidente.
Waheed Omar, portavoz jefe de la campaña de Karzai, dijo a Reuters que los comicios deben celebrarse aunque Abdulá se retire.
"No deberíamos privar a las personas de su derecho a votar y su derecho de ciudadanía", comentó. "Este es un proceso legal y debería seguir adelante... (tanto) si el presidente y Abdulá toman parte en la segunda vuelta o no, no debería resultar en privar a la gente de lo que quiere".
La preocupación por la seguridad y una posible repetición del fraude que ensombreció la primera vuelta han aumentado las dudas sobre el proceso, lo que ha llevado a algunos diplomáticos a que podría ser más práctico que ambos bandos llegaran a un acuerdo para compartir el poder.
Pero tanto Karzai como Abdulá han negado hasta ahora que hayan hablado sobre un posible acuerdo, y sostienen que la celebración de las elecciones es decisiva para fortalecer la democracia.
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