Este artículo se publicó hace 14 años.
OCEANA pide proteger más áreas marinas para conservar las especies amenazadas
Oceana ha reclamado hoy que se multiplique, al menos, por quince la superficie marina mundial protegida para conservar las especies amenazadas y asegurar la subsistencia de millones de personas.
Con motivo mañana del Día Mundial del Medio Ambiente y del Día Mundial de los Océanos (8 de junio), la organización denuncia que las políticas pesqueras actuales son insostenibles: "permiten la destrucción de hábitats, y prácticas que descartan y arrojan al mar 7,3 millones de toneladas de organismos, similar al consumo anual de pescado de toda África".
Por ello, exige un aumento urgente y exponencial de las zonas marinas protegidas en todo el mundo para evitar el colapso de los recursos pesqueros, que los estudios científicos prevén para mediados de este siglo.
Asimismo, Oceana critica el derroche de riqueza ecológica y económica que implica el retraso en la protección de los fondos marinos, ya que sitúa en peligro a muchas especies y compromete la subsistencia de millones de personas.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) solo ha evaluado el estado de conservación de 2.100 especies, y de un tercio de éstas reconoce que sus datos son insuficientes.
"La pérdida de biodiversidad marina avanza a un ritmo sin precedentes y muchas especies están desapareciendo, incluso antes de ser estudiadas, debido a factores como el cambio climático, la contaminación, la sobrepesca o la destrucción de sus hábitats", indica en una nota Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana Europa.
En la actualidad, solo el 0,7 por ciento de la superficie marina está protegida, frente a un 12,9 por ciento terrestre.
Esto supone un incumplimiento del Convenio para la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, que exige un mínimo del diez por ciento antes de 2012, y queda muy lejos del veinte por ciento reclamado por la UICN.
Según Oceana, la gestión actual de los océanos no solo ha llevado a estos a una situación crítica desde el punto de vista medioambiental, sino que ya tiene efectos socio-económicos.
Científicos marinos estiman que si continúa el ritmo presente de explotación, para 2048 todos los stocks pesqueros serán económicamente inviables o habrán desaparecido.
La FAO calcula que el 80 por ciento de los recursos pesqueros mundiales ya se encuentran agotados, sobreexplotados o no admiten ninguna expansión de la presión pesquera.
Y ello pone en peligro el empleo de un ocho por ciento de la población mundial, que vive directa o indirectamente de la pesca, y la subsistencia de 1.000 millones de personas de los países pobres que tienen el pescado como su principal fuente de proteína animal.
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