Este artículo se publicó hace 15 años.
Obama promete retirarse de Afganistán antes de acabar su mandato
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama dijo el miércoles que tratará de terminar con la guerra en Afganistán antes de dejar el poder, un día antes de toma de posesión de Hamid Karzai para un segundo mandato, que funcionarios occidentales esperan pueda salvar la destrozada reputación del líder afgano.
Hillary Clinton llegó a Kabul para asistir a la ceremonia, en su primer viaje al país como secretaria de Estado estadounidense. Es la visita de más alto rango de un miembro del Gobierno norteamericano, que ha mantenido las distancias con Karzai.
Karzai jurará el cargo el jueves, tres meses después de una votación eclipsada por amplio fraude. La elección, cuyo objetivo era aumentar la legitimidad del Gobierno, tuvo el efecto contrario y generó distancia entre Karzai y los países extranjeros que mantienen tropas en el país para defenderlo.
Clinton, el presidente paquistaní, Asif Ali Zardari; el secretario de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, y el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, estarán entre 300 dignatarios internacionales que asistirán a la ceremonia el jueves en el palacio presidencial en Kabul.
En una entrevista con la cadena CNN, Obama dijo que no quiere dejar el tema de la guerra a su sucesor y que su revisión al plan incluiría una salida estratégica para evitar "una ocupación de muchos años que no responda a los intereses de Estados Unidos".
"El pueblo estadounidense tendrá mucha claridad sobre lo que estamos haciendo, cómo vamos a triunfar, cuánto va a costar esto, que tipo de carga pone sobre nuestros jóvenes hombres y mujeres uniformados y, lo que es más importante, cuál es el final de juego de esto", precisó.
FIN DE UNA GUERRA
"Mi preferencia sería no dejar nada al próximo presidente. Una de las cosas que me gustaría es que el próximo presidente sea capaz de llegar y decir: tengo un historial limpio", indicó.
La insurgencia talibán jamás había sido tan mortal durante los ocho años de mandato de Karzai, la protección de fuerzas occidentales jamás había sido tan amplia y su propia reputación nunca había estado tan débil, destrozada por un fraude electoral, corrupción y un Gobierno frágil.
La seguridad para la ceremonia será extrema y se cerrarán calles en la capital. El Gobierno declaró festivo el jueves y pidió a los ciudadanos que se mantengan alejados de las calles. Además, se prohibirá la entrada a periodistas al acto.
El eje de la ceremonia será el discurso inaugural de Karzai, puesto que funcionarios occidentales esperan que el líder veterano dé a conocer un programa específico para combatir la corrupción, mejorar su gestión y limitar la influencia de los señores de la guerra.
"Nos gustaría alguna especie de hoja de ruta. Queremos que se dé alguna dirección clara", dijo un diplomático europeo.
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