Netanyahu y Livni se adjudican la victoria en Israel

Israel se enfrentaba el miércoles a lo que podrían ser semanas de incertidumbre política, después de unas elecciones que concluyeron con los dos principales rivales adjudicándose la victoria.

Algunos analistas dijeron que el país está tan dividido como los palestinos y que las posibilidades de que ambas partes lleguen a la paz son más lejanas que nunca.

El partido centrista Kadima de la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, fue el más votado, pero la candidata tiene pocas opciones de conseguir apoyos para formar una coalición.

Su rival derechista Benjamin Netanyahu podría obtener respaldos, aunque los analistas sostienen que la potencial coalición sería disfuncional.

"Yo gané", tituló en primera plana Yedioth Ahronoth, el principal diario israelí, junto a fotografías de Livni y Netanyahu.

Pero algunos comentaristas afirmaron que las declaraciones de los rivales demostraban que Israel es quien ha perdido. "Una cosa está clara para todos los votantes israelíes", dijo el diario Eitan Haber. "El sistema político está destruido".

Será el presidente Shimon Peres quien decida, después de escuchar las recomendaciones de los partidos políticos, si pide a Livni o a Netanyahu la formación de un gobierno, tarea para la cual tendrán 42 días.

La prensa israelí dijo que el presidente no tiene otra opción que elegir a Netanyahu si todos los partidos de derecha apoyan al ex primer ministro, aunque sería la primera vez en los 60 años de historia de Israel que la victoria de unas elecciones termina del lado de la oposición.

"Con la ayuda de Dios, lideraré el próximo Gobierno", afirmó Netanyahu, de 59 años, ante partidarios del Likud.

El recuento casi final daba al partido Kadima de Livni 28 escaños de los 120 del Parlamento, contra 27 del Likud de Netanyahu.

Livni dijo que se convertiría en primera ministra e invitó a su rival a integrarse en un "gobierno de unidad". Pero Netanyahu afirmó que va a liderar el "bando nacionalista" en el parlamento y que controlaría 64 escaños.

El partido de extrema derecha y antiárabe Yisrael Beiteinu, de Avigdor Lieberman, emergió como la gran influencia en el tercer puesto.

"Queremos un Gobierno nacionalista. Queremos un Gobierno derechista (...) y no lo ocultamos", dijo. Pero, manteniendo sus opciones abiertas agregó: "La decisión no será simple".

Lieberman y los partidos religiosos en una posible coalición de Netanyahu se opondrían a cualquier medida para negociar la paz con los palestinos, un hecho a considerar entre los habitantes de la ocupada Cisjordania.

LO PEOR DE AMBOS MUNDOS

El resultado fue una mala noticia para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que planea reavivar las negociaciones de paz con los palestinos para lograr un acuerdo sobre dos estados.

"El Gobierno de Obama va a heredar lo peor de ambos mundos", dijo el ex mediador estadounidense Aaron David Miller.

"Ya ha heredado un Parlamento palestino disfuncional, empeorado por Gaza, y ahora está heredando un Parlamento israelí disfuncional", agregó.

El bando palestino está dividido entre los islamistas de Hamás en Gaza y el presidente Mahmud Abas en Cisjordania, un líder respaldado por Occidente que parece estar perdiendo apoyos.

"Voy a dialogar con cualquier gobierno que emerja en Israel", dijo Abas según el diario italiano La Repubblica. "El ascenso de la derecha israelí no nos preocupa".

Tanto Netanyahu como Livni se reúnen el miércoles con líderes de partidos que podrían ser potencialmente socios en una coalición. Por su parte, Peres tenía previsto escuchar a las 12 agrupaciones que han conseguido escaños.

Las conversaciones del presidente con las facciones de la Knesset (parlamento israelí) podrían tardar cerca de una semana y las negociaciones posteriores para una coalición podrían extenderse durante más de un mes.

Ehud Olmert, del Kadima, que renunció en septiembre por un escándalo de corrupción pero continuó como primer ministro interino, seguirá en el cargo hasta la formación de un gobierno.