Este artículo se publicó hace 14 años.
Se necesitan datos para prevenir la obesidad en niños pequeños
Por Anne Harding
Mientras que existen pruebassólidas de que la tendencia a desarrollar sobrepeso u obesidadcomienza en la infancia, o quizás en el útero materno, casi nohay información sobre cómo los pediatras pueden intervenir paraevitar que sus pacientes engorden.
"Hubo una pausa en la investigación en este tema", opinó eldoctor Russell L. Rothman, del Centro Médico de la VanderbiltUniversity y de la Escuela de Medicina de Vanderbilt, enNashville.
"Gran parte de los estudios realizados no fueron muyrigurosos (...) No nos aportan pruebas sobre qué hacer con losniños de esa edad", dijo el autor principal del estudio.
Un cuarto de los preescolares son obesos, apunta el equipode Rothman en la revista Archives of Pediatrics and AdolescentMedicine.
"Los resultados de los estudios observacionales sugierenque la exposición a un ambiente obesogénico comienza en los dosprimeros años de vida", señalaron los autores.
El equipo revisó la literatura médica y halló 12 artículossobre 10 estudios que reunían sus criterios de inclusión: ochoanalizaban intervenciones educativas y dos combinaban educaciónnutricional con actividad física. Dos se habían realizado enlos hogares, tres en las clínicas, cuatro en las aulas y uno enuna combinación de ambientes. La mayoría había durando menos deseis meses.
Mientras que algunos estudios mostraban un "éxito modesto"en la mejoría alimentaria y las actitudes/el conocimiento delos padres, ninguno había logrado modificar el peso de losniños.
Según una escala de calidad de 0,00 a 2,00 (0,00-0,99 =malo; 1,00-1,49 = regular, y 1,50-2,00 = bueno), el resultadopromedio para los estudios revisados fue de 0,86 (variación deentre 0,28 y 1,43).
Por ahora, escribe en un editorial sobre el estudio eldoctor Robert C. Whitaker, de la Temple University, enFiladelfia, los pediatras pueden ayudar a los padres amodificar conductas en la infancia, como la alimentación, eljuego y el sueño.
Por ejemplo, explica Temple, pueden alentar a los padres aoptar por la lactancia materna, servir tamaños de porcionesadecuados y evitar darles a los hijos bebidas endulzadas.
Además, los pueden orientar a pasar más tiempo al airelibre y no sobreutilizar dispositivos como los asientos deseguridad para los automóviles y los cochecitos de paseo.
Por último, ayudar a los niños a dormir lo suficiente através de las rutinas, y no colocar la televisión en el cuartode los niños o poner a dormir al bebé con una mamadera,ayudaría a que los niños mantengan un peso saludable.
El equipo de Rothman lanzó un estudio en cuatro ciudadespara reunir a 1.000 familias de recién nacidos y seguirloshasta los 2 años de edad.
Además, está entrenando a residentes de pediatría paraexplicarles a los padres participantes varios enfoques queayudarían a reducir el riesgo de obesidad.
"Estos estudios son realmente necesarios para comprobar quesi se resuelven estos problemas obtendríamos una reducción dela epidemia de obesidad", dijo Rothman.
"Es un gran desafío lograr que padres y médicos reconozcanque es necesario prevenir la obesidad a una edad tan temprana.No podemos esperar hasta que los niños sean más grandes yempiecen a resolver el problema", añadió el experto.
FUENTE: Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine,2010
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