Este artículo se publicó hace 15 años.
La música se sube a la 'nube'
Millones de personas ya prefieren escuchar música en la Red y decrecen las descargas. Con 750.000 usuarios en España y la bendición de público y sellos, Spotify revoluciona el mercado del ‘streaming'.
¿Cómo se escuchará la música en el futuro? La pregunta es todavía más acuciante si se tiene en cuenta que el futuro avanza hacia el presente más rápido que nunca: la revolución de hoy puede quedar obsoleta pasado mañana. Sin embargo, esa urgencia no parecía quitarle el sueño a los principales actores del sector, los sellos discográficos, más ocupados en exprimir los beneficios de un exangüe CD y en declarar una inútil e incomprensible guerra de guerrillas contra Internet.
Afortunadamente, el tiempo pone a cada cual en su sitio y, quizás por primera vez desde que estallara la revolución digital, se comienza a vislumbrar cómo va a ser eso de escuchar canciones en los años venideros.
La palabra clave aquí es streaming. Del inglés stream, que significa corriente, hace referencia a escuchar o ver un archivo a través de Internet, sin necesidad de descargarlo en el ordenador. La música está almacenada en servidores de Internet, en lo que se conoce como la nube, y el usuario se conecta a ella para escucharla.
Un estudio de Music Ally reveló este verano que los jóvenes británicos entre 14 y 18 años, probablemente uno de los sectores de población con mayor consumo de música del mundo, escuchaban más canciones en streaming que por descargas. "Las descargas van a dejar paso al streaming. Sin ser excluyente, tiene ventajas respecto a otros modelos de escucha. Es más rápido, no ocupa espacio en tu ordenador...", afirma Simone Bosé, presidente de EMI Music para España y Portugal.
Este cambio, como todos los cambios, no ha ocurrido porque sí. Cada vez más consciente de que la batalla legal para proteger las canciones con copyright en Internet será cuando menos larga, en los últimos dos años la industria discográfica ha ido avanzando, pasito a pasito, en otra dirección. Finalmente, han dado con la solución más realista (y quizás la única) para combatir las descargas de música gratuitas: regalar la música.
El usuario accede a la música por estilos o incluso por estados de ánimo
En los últimos años ha aparecido un buen número de páginas web que, operando bajo diferentes modalidades, ofrecen música de forma gratuita con el beneplácito de los sellos. La mayoría hereda el sistema de radio on-line, al estilo de pioneras del sector como Pandora y Last.fm, en el que el usuario accede a la música por estilos o incluso por estados de ánimo. La novedad es que estas páginas (Yes.fm y Rockola.fm en España, Musicovery en Francia...) nacieron tras haber alcanzado acuerdos con las discográficas o los artistas. Sin embargo, estos servicios no permiten escuchar música a la carta en su versión gratuita. Si el usuario quiere oír una canción de, por ejemplo, Deep Purple, puede hacerlo, pero el siguiente tema será elegido aleatoriamente entre artistas de un género similar.
La última vuelta de tuerca la ha dado Spotify, reconocida como la primera aplicación con posibilidades serias y reales de hacer reflotar el negocio de la música grabada. Lanzada en febrero de este año, en poco más de seis meses ya ha logrado superar los 750.000 usuarios en España. En Reino Unido son más de dos millones. ¿El secreto? El acceso gratuito a un amplísimo catálogo a la carta, que incluye gran parte de los fondos discográficos de las cuatro multinacionales (Emi, Sony BMG, Universal y Warner, que también poseen una participación en la empresa) y de cinco agregadores de sellos independientes: Naxos, de música clásica, Ingroove, de música electrónica, Merlin, de música indie, y CD Baby y The Orchard, de distintos estilos. "Estamos hablando del 80% del contenido musical de todo el mundo. Y lo que queremos es ofrecer el 100%", explica a Público Lutz Emmerich, director de Spotify en España.
Crecimiento meteóricoLa responsable de venta digital de Universal, Mia Nygren, está sorprendida por "el crecimiento espectacular de estos meses. Spotify viene con un fondo de inversión muy grande para afrontar los gastos que genera". Spotify paga a las compañías discográficas una cantidad por canción escuchada y tiene un acuerdo con SGAE para compensar los derechos de autor. Aunque la compañía no revela los términos de sus acuerdos, puede servir de referencia la cantidad que abonaba a los sellos Yes.fm en su extinguido servicio a la carta: 1,5 céntimos por escucha.
Spotify paga a las compañías discográficas una cantidad por canción escuchada
La financiación de Spotify se explica a partir de sus dos principales modalidades de acceso. Por un lado, la gratuita cuenta con cuñas publicitarias entre canciones (hasta un máximo de cuatro minutos por hora) y los tradicionales banners. La opción de pago, llamada Premium, cuesta 9,99 euros al mes y dispone de música sin publicidad, con la calidad de CD y posibilidad de instalación en el iPhone. Pero ojo, porque las posibilidades de Spotify no terminan en la nube. La suscripción Premium permite al usuario la descarga de hasta 10.000 canciones para su escucha sin conexión a Internet.
Sin embargo, Spotify no lo tiene todo ganado. Hace unos meses, la web española Yes.fm tuvo que cerrar su servicio de pago porque no pudo afrontar los gastos que generaba el altísimo número de escuchas. "En octubre lo relanzaremos", dice Frédéric Terrien, director general de Yes.fm; "tendremos que subir el precio de la suscripción de los 3,95 euros que tenía antes hasta los 8 euros como mínimo". Con 750.000 usuarios únicos, Yes.fm espera conseguir entre 35.000 y 50.000 suscripciones de pago en los próximos dos años para ser rentable.
Por eso, las posibilidades de éxito de Spotify pasan por conseguir usuarios de pago. "No creo que sea sostenible sin usuarios Premium, porque no genera la publicidad necesaria. Estamos pensando en lanzar las novedades a partir de otoño sólo para usuarios de pago", explica Mark Kickatt, presidente de la Unión Fonógrafia Independiente.
Aunque en Spotify son una tumba para las cifras, Lutz Emmerich ha revelado que esperan contar con un número de suscriptores Premium "de entre el 3% y el 8% del total". Es decir, que cuando alcancen un millón, como se espera para antes de que termine el año, las suscripciones tendrían que estar entre 30.000 y 80.000. ¿Lo conseguirán? Sea como sea, parece oírse de fondo la canción de Radio Futura: "El futuro ya está aquí...".
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.