Entrevista a Haifaa al Mansour"Las mujeres tenemos que hacerlo todo juntas y crear una identidad conjunta"
Madrid-
La cineasta saudí, primera persona que rodó una película en su país, estrena La candidata perfecta, con la que anima a las mujeres a participar en política y a aferrarse al arte, liberado por fin de decenios de prohibiciones.
Las autoridades saudíes fabricaron todos los espejismos que pudieron durante los días de la Supercopa de España que se celebró en su país. Querían convencer al mundo, permitiendo que las mujeres acudieran como espectadoras a los campos deportivos, de que Arabia Saudí es un país abierto y reformista. Mentira. Mientras tanto, Loujain al-Hathloul y otras mujeres estaban y siguen encarceladas por defender sus derechos y exigir el fin del sistema de tutela masculina.
Por fin las mujeres pueden conducir y por fin el país ha abierto las puertas a la cultura, inaugurando salas de cine y preparando algunos conciertos. Hoy hay en el país una mujer embajadora en EEUU y una mujer en el Parlamento. Avances, sin duda, que se han conseguido con la pelea de muchas mujeres. Una de ellas es la cineasta Haifaa al Mansour, primera persona que rodó una película en Arabia Saudí –La bicicleta verde- y que, tras dos largometrajes en EEUU, volvió a su país para rodar La candidata perfecta.
Historia de una médico que decide presentarse a alcaldesa de su ciudad, esta es una película con la que Al Mansour quiere "mostrar a través de su recorrido que las mujeres pueden tener un papel positivo en la sociedad saudí y contribuir a forjar su propio destino. Quiero alentar a las mujeres saudíes a atreverse a salir del sistema que lleva tanto tiempo reteniéndonos. Los cambios solo tendrán lugar si las personas que más los necesitan luchan por ellos en su vida diaria". En su visita a Madrid, habló con Público de esta película y de la situación de la mujer en su país y en el cine.
'La bicicleta verde' la rodó desde dentro de una camioneta porque no podía salir a la calle y mezclarse con el equipo masculino. ¿Esta película ha sido ya diferente?
Sí. Y empodera tener un apoyo para el cine. Cuando hice La bicicleta el país estaba segregado, ahora se ha abierto un poco y he tenido acceso a la calle. Durante el rodaje hubo un hombre que no me quería allí y llamamos a la policía. Los agentes comprobaron nuestros permisos y dijo al hombre que no podía molestarnos. Como artista te sientes empoderada.
Usted tiene su vida profesional en EEUU. ¿por qué volvió a Arabia Saudí a rodar?
La mujer no tenía sitio allí, además, pasamos por una fase de conservadurismo islamista muy profunda. Pero ahora el país se ha abierto al arte, lo que me asombra porque no era nada fácil, para muchas personas es algo que siguen considerando impuro. Sin embargo, también estamos los otros, los que consideramos que es muy importante y positivo hacer películas allí. Además, en lo personal me da energía llevar arte a mi país.
¿En las salas de cine que se han abierto se pueden ver sus películas?
Sí, se pueden ver. Los cines están en centros comerciales y solo están empezando. Por otro lado, como en casi todos los países, distribuir cine de arte y ensayo es muy difícil. Lo que más se estrenan son superproducciones americanas.
Durante un tiempo usted ha sido la única mujer directora del país, ¿hay más directoras hoy?
Hay más. La mujer puede entrar más fácilmente en el cine que en la televisión, aunque algunas que también dirigen programas. Lo que falla todavía es la estructura industrial, todavía no hay, por ejemplo, directoras ni directores de casting… Tenemos una estructura muy primitiva.
Y en el cine, ¿cuánto tienen que luchar las mujeres allí?
Creo que las mujeres profesionales tienen el mismo recorrido en todo el mundo, más allá de países o de creencias. Una mujer siempre tiene que demostrar que puede hacer algo, no tiene el beneficio de la duda como un hombre, al que se le ha dado esa autoridad natural. Por eso, las mujeres tenemos que apoyarnos unas a otras, hacerlo todo juntas, crear una identidad conjunta. Yo, como mujer directora, no lo tengo fácil. Tenemos que estar muy preparadas, tenemos que dirigir con corazón y no tenemos que frustrarnos nunca, porque eso nos debilita. Es triste que siempre tengamos que hacer el doble, pero poco a poco…
A través de sus películas se descubre a la mujer saudí, parece que el mundo tiene una idea muy equivocada de ella, ¿es así?
Sin duda. Las mujeres saudíes son fuertes, tienen mucho sentido del humor y mucho poderío. Además, a mí no me gusta mostrar víctimas, tenemos que cambiar esa percepción. Y tenemos que cambiarla también dentro de nosotras mismas.
Sin embargo, a pesar de los cambios, ¿siguen las mujeres teniendo miedo a dar el paso?
Desde luego. Aunque el país no esté tan segregado y abra campos a las mujeres. Las jóvenes tienen que agarrar bien fuerte esas pequeñas libertades de estos años, aunque es difícil porque no pueden obviar cómo va a reaccionar la sociedad, sus familias…
La película habla de dos cambios cruciales, la apertura al arte y la mujer en la política…
La cultura, desde luego, es fundamental. Con ella llega la civilización, la apertura… El arte crea al ser humano, es lo que apoya a la civilización, lo que te enseña a tener ideas, a estar más abierto. En cuanto a la política, la pregunta es si las mujeres que se presenten a elecciones van a ser votadas o no, porque la sociedad percibe que no van a tener éxito. Esa percepción es la que tenemos que cambiar.
Hablando de percepciones, ¿usted siente que la crítica de cine ataca especialmente el cine hecho por las mujeres?
Sí, claro. La mayoría de los críticos de cine son hombres, algunos son geniales y a mí me han enseñado mucho, pero hace muchísima falta la voz femenina en la crítica de cine, la forma de mirar de las mujeres es completamente distinta.
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