Este artículo se publicó hace 16 años.
Una muestra repasa en el Museo Würth la figura de José de Guimaraes y su relación con el arte africano
El Museo Würth de La Rioja acoge desde hoy y hasta 2 de noviembre una retrospectiva del creador luso José María Fernandes Marques, mas conocido como José de Guimaraes, en la que se indaga fundamentalmente en la influencia que ha tenido el arte africano en su obra artística.
Esta es la primera vez en la trayectoria de este artista, autor del logotipo turístico de su país, en la que se ha establecido un diálogo entre su propia obra y las piezas que han influido en ella.
Entre las mismas figuras obras de culturas tan diversas como los Bamileke y los Koko, de Camerún, los Kota y Mumuye, de Nigeria, los Dogon, de Mali, o los Fang, de Gabón, que al artista ha ido coleccionando a lo largo de su vida con un único criterio estético.
La muestra lleva por título "José de Guimaraes. Mundos, cuerpo y alma" y esta compuesta por 130 obras, de las que 67 de ellas son piezas escultóricas africanas, la mayoría utilizados con fines mágicos.
La exposición, que ha sido inaugurada en presencia del propio artista por el director general de Würth España, Juan Ramírez, y por el consejero de Cultura de La Rioja, Luis Alegre, también hace un repaso por la obra más reciente del artista luso y por sus series dedicadas al arte asiático y al mundo mortuorio mexicano.
En esta parte se incluyen obras aún no vistas en España de la serie "Imperios del Fin", como el gran lienzo 'Madrid-Atocha 2004', dedicado a los atentados islamistas en los que fallecieron 191 personas o la reciente 'Favela', "una metáfora sobre la inmigración y la interculturalidad", según ha confesado el artista.
Nacido en 1939 en la localidad de Guimaraes, de la que ha tomado su nombre artístico, el artista luso tuvo su primer contacto con África en 1967, cuando llegó a este país para hacer su servicio militar en la antigua colonia portuguesa de Angola.
"Lo que pensé que iba a ser un desastre, se convirtió en una de las experiencias más positivas que he tenido desde el punto de vista creativo", ha confesado el artista.
Guimaraes quedó maravillado por la métodos expresivos que allí vio y se lanzó a reproducir aquellos modelos desde una óptica propia.
Fruto de ello fueron las 132 piezas que componen su primera gran obra maestra, "Alfabeto africano", elaboradas entre 1972 y 1974, y que también pueden verse en la exposición.
El artista se inspiró para ello en una tribu que utilizaba pequeñas estampas que el marido regalaba a la mujer y que iban más allá de la propia escritura, por cuanto que con un pequeño dibujo, a manera de ideograma, eran capaces de transmitir distintas sensaciones y estados de emoción.
"Mi alfabeto tiene una autonomía y una simbología propia, aunque parte del entendimiento de estas artes", ha afirmado el artista, quien luego repetiría este particular código de comunicación con otras culturas.
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