Este artículo se publicó hace 15 años.
Mister Bean brilla en el teatro como el miserable Fagin de Dickens
El actor británico Rowan Atkinson, conocido por sus papeles cómicos en el cine como Mr. Bean, triunfa estos días en el teatro londinense encarnando a Fagin, el miserable personaje de la famosa novela "Oliver Twist", de Charles Dickens.
La crítica especializada londinense se deshace hoy en elogios a Atkinson por su papel en el musical "Oliver!", de Lionel Bart, una recreación de la producción de Sam Mendes de 1994 a cargo de Rupert Goold, que acaba de estrenarse en el "Theatre Royal" londinense.
El Fagin de Atkinson puede ser esencialmente un personaje cómico, pero el actor le confiere un "cierto lado siniestro", escribe hoy el crítico del diario "The Guardian", según el cual el famoso actor juega también muy bien con la ambigüedad sexual de esa figura, siniestro jefe de una banda de chicos carteristas.
Para el crítico de "The Times", Atkinson es "ese monstruo astuto y viejo que termina chillando" camino de la horca, a la que ha sido condenado por sus numerosos crímenes.
La producción original de "Oliver!" se estrenó en el West End en 1960 y se representó en 2.618 funciones en seis años, convirtiéndose en el musical que más ha estado en cartelera en la capital británica.
Las entradas para la nueva producción se están vendiendo como rosquillas: antes de su estreno oficial, este miércoles, se habían vendido por anticipado entradas por un total de 15 millones de libras (16.6 millones de euros), con lo que superó en 3 millones el anterior récord de "Dirty Dancing", en el 2006.
Ello se debe en parte, según los críticos, a que tras intentarlo durante quince años, el productor convenció a Atkinson para que hiciese el papel de Fagin y volviese así a un teatro comercial tras veinte años de ausencia de los escenarios.
El director de este "revival" es Rupert Goold, que ganó en el 2008 el premio Olivier al mejor director por "Macbeth", de William Shakespeare.
El interés del público se despertó gracias a un programa de búsqueda de talentos de la BBC titulado "I'd Do Anything", cuyo jurado, en el que figuraba el famoso compositor de musicales Andrew Lloyd Webber, eligió a tres niños para hacer el papel de Oliver: el del estreno fue Harry Stott.
Por votación popular se eligió a una cantante de Blackpool, Jodie Prenger, que se había limitado antes a actuar en cruceros, para que encarnase a la prostituta, Nancy, papel en el que brilla igualmente, según la crítica.
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