Este artículo se publicó hace 13 años.
A mí que me registren
El rey Juan Carlos volvió ayer a aludir al inaugurar la X Legislatura a la defensa de la "honradez", la "honestidad" y a la necesidad de "reforzar la confianza en las instituciones". En un aparte con los periodistas, dijo que se sentía satisfecho por la acogida que había recibido su mensaje de Nochebuena, un discurso en el que al censurar conductas irregulares desde el punto de vista de la legalidad y reñidas con la ética resultó evidente la referencia a las actividades de su yerno, Iñaki Urdangarin, ausente al igual que su esposa, Cristina, y la infanta Elena, en el acto.
Y añadió: "No hay que personalizar, como a veces hacéis la prensa...". Pero, mira por donde, si esa acogida al mensaje, que el rey parece valorar, ha sido buena, ¿a qué se ha debido? Verde y con asas: precisamente a la alusión bastante directa a la desconfianza que han podido generar en la Corona los negocios de Urdangarin. Y a la decisión del rey y del príncipe Felipe de desmarcarse aun cuando la causa judicial se encuentra en fase de investigación.
La Zarzuela, además, desvelará hoy por primera vez en 32 años cómo se reparte la asignación presupuestaria de 8,43 millones de euros. A raíz del caso Urdangarin, el rey y su sucesor, el Príncipe de Asturias, vienen a decir aquello de "a mí que me registren". Cierto es que este debería ser un primer paso de transparencia. Un segundo sería la explicación de las inversiones que realizan los miembros de la familia real, que es objeto de gran especulación en publicaciones como, por ejemplo, la revista norteamericana Forbes.
Pero todos estos gestos de la Casa del Rey podrán ser mejor encajados en el puzzle judicial que está armando el juez José Castro en Palma de Mallorca. Una de esas piezas es la decisión de anunciar de manera inminente qué día del mes de enero deberá comparecer como imputado Urdangarin, previsiblemente después de Reyes.
El juez y el fiscal Horrach pensaban hacer ese anuncio el pasado día 23, pero prefirieron darse más tiempo en la elaboración del interrogatorio y, de paso, permitir que la cargada agenda del rey pudiera desenvolverse sin sobresaltos.
Todo, pues, está dispuesto para avanzar en la investigación mediante la declaración de Iñaki Urdangarin en la capital balear.
La institución de la Corona ya ha movido sus fichas preliminares. Habrá que ver cómo afronta la defensa del yerno del rey las acusaciones y las pruebas que las sustentan.
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