Este artículo se publicó hace 15 años.
Melody Gardot, una nueva revelación del jazz
Tras sufrir un grave accidente de tráfico Melody Gardot encontró en la música una auténtica tabla de salvación, una terapia que ahora, a sus 24 años, la ha llevado a convertirse en una de las grandes revelaciones del jazz gracias al magnetismo de su voz, de sus canciones y de su personalidad.
"El éxito es muy subjetivo. Para mí tener éxito es sentirme feliz, yo soy feliz la mayor parte del tiempo", ha asegurado hoy esta cantante de Filadelfia que visita ahora por primera vez España para presentar su segundo disco, "My one and only thrill", un trabajo del que ya ha vendido más de medio millón de copias.
Jazz, blues y ritmos latinos, especialmente brasileños, se cruzan en la propuesta musical de esta cantante que, a los 19 años, fue arrollada por un coche cuando montaba en bicicleta y sufrió tales daños que se convirtió "casi en un vegetal" sin apenas pasado.
"Todas las vidas cambian con cada tragedia, la muerte de tu abuela, el primer desamor ... En mi caso marcó un antes y un después porque fue una tragedia no sólo espiritual, también física. Tuve que empezar de cero, volver a nacer y tener que aprender todo de nuevo", explica.
Entonces empezó una terapia musical y esta joven que, hasta ese momento pintaba y tocaba el piano en bares, descubrió en la música el vehículo ideal para expresarse. "Seguramente sin ese accidente no tendría mucho que decir, me dio una perspectiva nueva", comenta Melody Gardot.
Con su talento, sus composiciones y "pensando sólo -dice- en lo que yo creía que estaba bien" hizo, hace un par de años, su primer disco, "Worrisome Heart", un álbum con el que deslumbró a crítica y público y con el que emprendió una gira de nueve meses.
Un disco que marcó "un buen comienzo" porque ahora, cuando una gran discográfica (Universal) ha querido publicar su nuevo disco, no ha dudado en confiar ciegamente en el trabajo de esta cantante que combina unos tacones imposibles con un bastón en el que necesita apoyarse de cuando en cuando, igual que no duda en encenderse un cigarro sin atender las prohibiciones al respecto.
"Baby I'm a foll", "If the stars were mine", "Who will comfort me", "Our love is easy" son algunos de los once temas de este disco, en el que, al final, incluye una versión muy personal de "Over the rainbow", el clásico de la película "El mago de Oz".
"Mi madre era soltera y trabajaba todo el tiempo, así que crecí con mi abuela, que era fan de esta película. No tenía opción de ver otras. Su melodía me salió inconscientemente mientras hacía una canción y acabé escribiendo esta versión que siempre me piden, por eso la he incluido aquí, es un regalo para los fans y un homenaje a mi abuela", cuenta.
Cuando se le pregunta si entre sus influencias figuran estrellas del jazz como Billie Holiday no duda en contestar que no creció escuchando este género y que apenas lo conocía. "He acabado haciendo algo parecido al jazz, pero yo crecí con mis abuelos escuchando polcas y canciones francesas y mi madre era una hippie que escuchaba a gente como James Taylor o The Beatles".
En el escenario Melody Gardot puede hacerse acompañar de chasquidos de dedos o taconeos, además de por un vaso de vino francés ("antes bebía cognac", dice), pero sobre todo tiene la sensación de "dar, dar y dar" y de transportarse inconscientemente al lugar y el momento en el que compuso los temas, algo que el público español podrá previsiblemente disfrutar la próxima primavera.
"La única restricción que tengo para hacer giras es evitar el frío", confiesa esta cantante que, por lo demás, parece haber conseguido con la música no sólo una recuperación física y mental, sino también una mirada feliz.
"No tengo aspiraciones, lo mío con la música es una historia de amor, un matrimonio feliz. Quiero seguir dando pedales", asegura sin miedo.
Isabel Laguna
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