Este artículo se publicó hace 16 años.
Medvédev culpa a EEUU de la actual crisis financiera mundial
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, culpó hoy directamente a Estados Unidos de la crisis financiera que sacude la economía mundial, que podría ser "la más grave" desde la Gran Depresión de 1929.
"Precisamente, la disparidad entre el papel formal de EEUU en el sistema económico mundial y sus capacidades reales es uno de los factores fundamentales tras la actual crisis", aseguró Medvédev durante su intervención en el Foro Económico de San Petersburgo.
En opinión de Medvédev, la falta de "prevención de riesgos" por parte de las más grandes compañías financieras estadounidenses, sumada a la "agresiva política financiera" de la mayor economía mundial, "causó estragos" en todo el mundo en 2007.
Desgraciadamente, añadió, "la mayor parte de la población del mundo se hizo más pobre y eso no es sólo evidente entre los países del tercer mundo, sino también en las economías más desarrolladas".
"Es una ilusión pensar que un solo país, incluso el más poderoso, puede asumir el papel de gobierno global, mientras las instituciones internacionales, encargadas de responder por la política financiera, apenas disponen de influencia sobre la estrategia de los participantes en el mercado", dijo.
El líder ruso llamó la atención sobre el "vacío" existente en las instituciones internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional a la hora de responder a problemas como "la crisis financiera, el alza de los precios de los hidrocarburos o la carestía de los productos de primera necesidad".
Al respecto, propuso la celebración en Rusia de una conferencia financiera internacional en la que tomarían parte directivos de empresas, analistas y expertos de todo el mundo.
"Según algunos pronósticos, la actual crisis puede repetir el caso más grave en la historia de la humanidad, cuando un serie de países en el espacio de unos años vieron reducido su ritmo de crecimiento en más de un cinco por ciento anual", indicó.
De hecho, agregó, "para los mercados financieros el año 2007 fue uno de los más duros de las últimas décadas y podría ser el más difícil desde la Gran Depresión de los años 30" del siglo XX.
Medvédev resaltó que Rusia es consciente de su "responsabilidad" en el destino de la economía mundial y que desea "participar en la formación de las nuevas reglas de juego, por cierto, sin ninguna ambición imperialista".
En ese sentido, expuso la aspiración de Rusia de "convertir Moscú en un centro financiero internacional y al rublo en una de las principales monedas de cambio de la región".
Medvédev se mostró dispuesto a contribuir a "estabilizar" el mercado energético con la liberalización del sector gasístico nacional y la relajación de la carga impositiva sobre las petroleras.
En cuanto a las inversiones rusas, el jefe del Kremlin subrayó que éstas no son ni "especulativas" ni "agresivas", mientras criticaba la actitud de algunos países, que describió como "nacionalismo o egoísmo económico".
"Cuanto más alta es la valla, mejor es nuestro vecino. No creo que esa ideología sea la mejor para la solución de los problemas en un período de crisis como el actual", dijo.
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