Este artículo se publicó hace 16 años.
El mar de Barceló inunda la sala de los DDHH de la ONU
Un mar de colores recibirá a partir del martes a los visitantes de la sala de los derechos humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, para la que el artista mallorquín Miquel Barceló ha creado una magnífica cúpula cuya financiación ha sembrado la polémica.
Decenas de invitados, encabezados por el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon; los Reyes de España y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañaron al artista en la inauguración de la que ha sido descrita como "La Capilla Sixtina del siglo XXI".
El propio Barceló, que durante nueve meses ha llevado a cabo su trabajo acompañado de 20 personas más, ha descrito su creación como "un mar que es a la vez una cueva, la unión de los contrarios", una metáfora de la diversidad del planeta.
"Nada mejor que el arte como lenguaje universal para expresar los valores, principios y misiones que inspiran a las Naciones Unidas en torno al ser humano y al mundo", dijo el Rey en su discurso de inauguración de la sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones el martes.
En opinión del monarca, el fresco tridimensional, que ha necesitado más de 100 toneladas de pintura, según la Fundación ONUART, resalta "el carácter global unitario e indivisible, además de multifacético, de tan sugerentes formas y colores como las que integran su increíble composición".
Para el secretario general de la ONU, el diseño puede considerarse "una metáfora de nuestra labor (...) los colores se ven distintos según donde se mire".
La obra, una enorme elipse de casi 1.500 metros cuadrados plagada de estalactitas multicolores, se ha visto rodeada de polémica desde que se conociera que España, encargada del proyecto, había aportado medio millón de euros de fondos de ayuda al desarrollo.
Según el Ministerio español de Exteriores, el proyecto total de rehabilitación, que según datos recogidos por los medios habría costado unos 20 millones de euros, se ha financiado en un 60 por ciento con capital privado y el resto con aportaciones estatales.
Diversos grupos y partidos políticos han criticado el empleo de fondos de ayuda al desarrollo que podrían haberse destinado a ayudar a los más desfavorecidos.
"Mañana el ministro tiene dos minutos y medio para dar una explicación del destino de ese dinero de fondos de ayuda al desarrollo a esa cúpula y sino la da (..) tiene un minuto para abandonar el Ministerio de Asuntos Exteriores", dijo la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría.
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