Este artículo se publicó hace 15 años.
Kawaii: Japón exporta una moda basada en lo original y naíf
Dos embajadoras del estilo nipón visitan Barcelona
Yu Kimura y Aoki Misako están acostumbradas a que las miren. A pesar de estar rodeadas de jóvenes que se parecen a ellas, muchos de los asistentes al Salón del Manga de Barcelona, que hoy acaba, clavan sus ojos en los volantes de sus faldas plagadas de color, en unos accesorios más propios de muñecas que de chicas jóvenes y en una imagen cuidada hasta el último botón.
Con su presencia afable y una actitud recatada y discreta, que contrasta con lo llamativo de su indumentaria, ambas pasean con tranquilidad su halo de modernidad nipona, se dejan fotografiar amablemente y dan explicaciones de la moda que encarnan como buenas representantes de la cultura pop japonesa. Y esa labor tiene un carácter oficial, ya que en febrero de este año ambas fueron designadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés como embajadoras kawaii, un término de sonido exótico que sirve para referirse a todo lo mono o bonito y que tiene en Hello Kitty uno de sus ejemplos más extendidos.
Pero kawaii no es una etiqueta cerrada, y menos en un país donde todas las influencias estéticas se mezclan y evolucionan a gran velocidad. Para Kimura este término refleja todo lo que tiene "un punto de originalidad y personalidad que lo diferencia del resto" y pone como ejemplo sus zapatos con tachuelas o el peluche que lleva en la mano plagado de lentejuelas de colores. "Esto puede parecer grotesco pero es único y esto para mí es kawaii", explica sin perder nunca su amplia sonrisa y sin soltar el elefante rosa que la acompaña a todas partes.
"'Kawaii' refleja todo lo que tiene un punto de originalidad"Cada una de estas embajadoras representa una de las modas que palpita en Japón y que no forman parte del cosplay, que consiste en disfrazarse de los protagonistas de cómics o de dibujos japonesas. Así, Kimura, que destaca su gusto por personalizar sus propias prendas, se identifica con el estilo Harajuku -nombre de un barrio de Tokio-, una moda que muestra "la libertad de las personas a través de su estética".
La mezcla de materiales y colores que exhibe Kimura es fruto de una búsqueda constante de influencias. "Siempre tengo las antenas puestas y puedo sacar ideas de revistas, de la moda infantil o del museo", confiesa. Sin embargo, esta tendencia no sólo se circunscribe a la estética, ya que también se trata de una "filosofía" de vida, reconoce Kimura, que además de mostrar su imagen por el mundo es la vocalista del grupo japonés PEEP4U.
Junto a Kimura, Misako se muestra más silenciosa, y con el aspecto de una muñeca de porcelana más conectada con siglos anteriores que con la actualidad. Su estilo es el lolita, "una estética cercana a la de una princesa, que es la interpretación que Japón ha hecho de la moda europea de épocas pasadas, como el rococó", señala pausada yeducadamente.
"Una expresión libre"
Tanto el estilo lolita como el de Harajuku son movimientos nacidos al amparo de "una expresión libre" en un país "muy creativo" y con "pocos tabúes" en lo que respecta a la moda, según explica Takamasa Sakurai, asesor en cultura popular del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, que también ha acudido al Salón del Manga.
"Los europeos tienen una imagen incluso demasiado buena de Japón"Para Sakurai, la idea que Occidente tiene de Japón se centra muchas veces en sus modas extremas y en productos culturales como el cine de animación y los cómics, lo que provoca una "visión superficial". "Tengo la sensación de que los europeos tienen una imagen incluso demasiado buena de Japón, cuando la realidad es un poco más compleja", afirma Sakurai, para quien eventos como el de Barcelona son una oportunidad para acercarse más en profundidad a su país. "La cultura popular es en realidad sólo una puerta de entrada", concluye.
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