Este artículo se publicó hace 15 años.
Kadima rechaza la oferta para entrar en el Gobierno israelí
El partido israelí Kadima, encabezado por la ex ministra Tzipi Livni, rechazó hoy una oferta del primer ministro, Benjamín Netanyahu, para entrar en la coalición de gobierno, al considerar que "no honra al mayor grupo parlamentario".
"La propuesta no honra a quien la ofrece, ni honra al mayor grupo del Kneset (Kadima) ni a nuestros principios, entre ellos el proceso de paz y un cambio en el sistema de gobierno, por lo que es inaceptable", reza una nota del partido de Livni de la que da cuenta la edición por internet del diario Yediot Aharonot.
La decisión la tomó el grupo parlamentario del partido centrista, que dio a Livni un absoluto respaldo en la toma de la decisión pese a que la ex ministra de Exteriores ha venido siendo cuestionada en los últimos meses en su propia formación política.
"La oferta de Netanyahu, tal y como la vemos hoy, es arrogante e irreal", declaró Shaul Mofaz, número dos y quien hasta ahora empujaba a Livni a entrar en el ejecutivo.
Mofaz pidió al primer ministro, líder del nacionalista Likud, que abandone la posición en la que se ha atrincherado porque "la arrogancia no es sustituto de liderazgo".
En las elecciones del pasado febrero el partido Kadima, creado en 2005 por Ariel Sharón, obtuvo 28 escaños, uno más que el Likud, pero fue Netanyahu quien formó gobierno por disfrutar de más apoyos en el arco parlamentario.
Livni, que ya entonces dio calabazas a los nacionalistas, se enfrenta diez meses después a una rebelión en su partido que podría conducir a una crítica fragmentación en bloque de siete diputados, que le exigen entrar en el gobierno.
Bajo estas presiones, la jefa del Kadima ha celebrado en los últimos días dos reuniones con el primer ministro, la última ayer domingo, y que el diario Yediot califica de "diálogo de sordos" por las "concesiones microscópicas" que Netanyahu ofreció: dos puestos ministeriales sin atribuciones reales.
Esta mañana sus asesores filtraron a la prensa que estaría dispuesto "a darle uno o quizás dos ministros más", pero Livni exige reabrir los acuerdos de coalición firmados en febrero y adaptarlos a sus necesidades y posturas políticas.
También demanda un número de ministerios acorde al volumen de diputados que aportaría a la coalición parlamentaria.
Analistas políticos creen que la posibilidad de un gobierno de unidad nacional depende de una mejora sustancial en la oferta de Netanyahu, de forma que permita a Livni justificar ante sus votantes moderados una incorporación a la que se ve forzada y que es alentada por el primer ministro.
Detrás de la fuga de los siete diputados centristas hay lo que muchos califican de "soborno político" y desde las filas de Likud han denunciado que este tipo de maniobras políticas "no es sano para el país ni para la democracia", a decir del diputado Mijael Eitán.
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