Este artículo se publicó hace 16 años.
Islandia impulsa la tecnología robótica para usos médicos
Si suena descabellado que un hombre sin piernas se convierta en uno de los corredores más rápidos del mundo, ¿qué pasa con mecanografiar con sólo pensar en las palabras o conservar un buen estado físico hasta la vejez?
Esos proyectos motivan el trabajo en Ossur, el grupo islandés detrás de las prótesis que catapultaron a la fama a Oscar Pistorius mientras intentaba clasificarse para competir contra atletas sin discapacidades en los Juegos Olímpicos de Pekín.
Además de producir prótesis artificiales cuidadosamente adaptadas al cuerpo para cambiar la vida de personas con minusvalías, el único gran fabricante de prótesis del mundo que cotiza en bolsa también está pensando en el día en que la robótica y la neurociencia puedan efectuar un cambio en las vidas de muchos más.
"Lo que deberíamos hacer es compararnos con el cuerpo real. Y entonces veremos que hay un largo camino por recorrer. Tratar de imitar a Dios es una experiencia muy humilde", dijo a Reuters el consejero delegado de Ossur, Jon Sigurdsson.
Con una capitalización de mercado de aproximadamente 431 millones de dólares (311 millones de euros), la compañía es pequeña en el campo del equipamiento médico, pero está posicionada para crecer.
Hilmar Janusson, el director de la división de tecnología, prevé el día en el que las prótesis puedan ser controladas por nuestros nervios en lugar de por sistemas como el teclado de un ordenador.
EL PRIMER GRAN PASO
corredor de navajas - por el par de hojas de fibra de carbono sobre las que corre, ganó tres medallas de oro en los juegos paraolímpicos después de no obtener un tiempo de clasificación suficiente como para asistir a los Juegos de agosto en Pekín.
El producto Cheetah Flex-Foot sobre el que corre provocó un debate sobre lo que constituye una ventaja injusta en el deporte.
Janusson expresó que Flex-Foot podría no tener ningún parecido con la anatomía humana, pero desde un punto de vista biomecánico es similar. La gran diferencia radica en los pies humanos, que son más eficientes.
"Ahora sabemos que todo el cuerpo es un resorte que está cargado y que no se desperdicia nada de energía", señaló.
La compañía conoce el mundo al que está dirigido, ya que de los aproximadamente 220 miembros del personal en Reikiavik, media docena sufrieron amputaciones. Su fundador, Ossur Kristinsson, nació sin uno de los pies y utiliza una prótesis.
Janusson señaló que se han logrado progresos notables para ayudar a alguien que ha perdido un miembro a llevar una vida más normal.
"Nos va bastante bien por debajo de la rodilla. Y no hay motivos para que las personas con amputaciones o pérdidas de miembros por debajo de la rodilla no participen por completo. Por sobre la rodilla, reemplazamos hasta un 20-30 por ciento", agregó.
Los brazos, sin embargo, son más difíciles
El gran avance podría no estar tan lejos, según Yoky Matsuoka, una especialista en robótica y neurociencia de la Universidad de Washington, quien trabaja para controlar los brazos y las manos por medio de señales nerviosas.
"Pienso que ya estamos siendo testigos del principio de un gran paso", afirmó sobre la posibilidad de decodificar el sistema nervioso.
"Por supuesto, tal vez no lleguemos a ver una decodificación total y un control perfectamente natural", agregó Matsuoka.
Matsuoka espera que los científicos lleguen al punto en el que una persona pueda manipular un objeto con el pensamiento.
Sin embargo Janusson también se siente impulsado por cuestiones más simples. El islandés habla sobre el día en el que, por ejemplo, las personas heridas por minas anti personales puedan obtener prótesis de última tecnología a un bajo coste o que éstas sirvan para pasar una vejez en mejores condiciones.
/Por Adam Cox/
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