Este artículo se publicó hace 16 años.
"Ike" descarga toda su fuerza sobre la localidad cubana de Gibara
El huracán "Ike" escogió a la localidad oriental de Gibara para descargar sus primeros golpes en territorio cubano en forma de furiosos vientos e intensas lluvias, dejando tras de si un rastro de destrozos y estragos generalizados.
Gibara es una pequeña ciudad de la costa norte de la provincia de Holguín, habitada por unas 72.000 personas, que en los últimos años ha cobrado popularidad con la celebración de Festival Internacional de Cine Pobre.
En algunos tramos de la carretera de unos 33 kilómetros que separa Gibara de la ciudad de Holguín había atravesados hoy árboles que se partieron o fueron arrancados de raíz por la fuerza de los vientos y que impedían el acceso a la localidad.
A sus lugareños les pareció despertar en una pesadilla, cuando en las primeras horas del lunes tuvieron verdadera conciencia de lo que significó la embestida del huracán durante la noche anterior.
Escombros, techos destrozados, casas derrumbadas total o parcialmente, daños a ventanales, cristaleras, postes y cables del tendido eléctrico en el suelo, árboles partidos y derribados es la imagen que tienen hoy los gibareños de la visita del "Ike".
Eso sin contar los 34.890 evacuados y que el hospital, el almacén central de alimentos, más de 70 de las 136 escuelas de la ciudad, el teatro y su restaurante "Villa Blanca" sufrieron los efectos de vientos, de acuerdos con datos facilitados a Efe por autoridades de la comisión municipal de evacuaciones y el gobierno local.
Algunos de sus pobladores aseguran que soportaron vientos de casi 200 kilómetros por hora y que no recuerdan un impacto similar desde que pasó por allí el ciclón "Flora", en 1963, uno de los más devastadores de la historia de Cuba.
El malecón que bordea el pueblo norteño, que tiene en la pesca uno de sus principales recursos económicos, quedó casi destruido por el embate de las olas que lo desbordaron y penetraron en zonas bajas como el popular barrio "El Güirito".
"Nunca había visto nada igual. Me llevó la casa, aunque era de bloques y techo de fibrocemento. El viento y el mar acabaron y pude resguardar algunas cosas antes de irme, como el televisor Panda (de fabricación china)", declaró a Efe Amelia, evacuada en la sede del Consejo de Defensa Municipal.
Otra vecina también evacuada, Yannara Pérez, de 24 años y madre de dos niñas, dijo que allí "no quedó casi nada en pie" y que a ellos se le mojaron desde los colchones hasta la cuna y los muebles.
Todavía sorprendida por el desastre que dejó el huracán, Martha González, nacida hace 44 años en la villa de Gibara, afirma que "eso no fue un huracán, fue un monstruo".
Aunque su vivienda no ofrecía riesgos se encomendó a la Virgen de la Caridad, la Patrona de Cuba, cuya festividad se conmemora hoy.
"Le encendí una vela y le pedí que ("Ike") se fuera rápido y sin causar muertos", dijo.
"Ike" es el quinto huracán de la actual temporada en el Atlántico. Tocó tierra en Cuba por Punta Lucrecia, en el noreste de Holguín, acompañado de vientos de 215 kilómetros por hora, una semana después que "Gustav" sembrara la destrucción en la región occidental de la isla.
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