Este artículo se publicó hace 15 años.
Honduras fractura la unidad de Iberoamérica
Costa Rica, Colombia, Panamá y Perú secundan las tesis de EEUU
Gonzalo López Alba
La crisis de Honduras fracturó la XIX Cumbre Iberoamericana. Los gobiernos de Costa Rica, Colombia, Perú y Panamá se inclinaron por secundar los planteamientos de EEUU a favor del reconocimiento del resultado de las elecciones del domingo, en las que el más votado fue Porfirio Lobo, candidato conservador.
A pesar del desmarque de estos cuatro países, al cierre de esta edición aún se trabajaba en una resolución que recoja el planteamiento del Gobierno español, que intentaba ejercer el papel de conciliador. José Luis Rodríguez Zapatero abogó por "una nueva plataforma de diálogo" que busque una salida definitiva a la crisis sobre la base de "un gran acuerdo" de reconciliación, de alcance "nacional, centroamericano, latinoamericano y europeo". Esta fórmula fue saludada favorablemente por la canciller hondureña, Patricia Rodes, nombrada por Zelaya.
Arias critica a LulaEl presidente de Brasil, Lula da Silva, se mantuvo firme en la postura de exigir la restitución del presidente depuesto. Por el contrario, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, abanderó a los partidarios del reconocimiento por la comunidad internacional del ganador de los comicios.
"Se hizo todo lo que se pudo para revertir el golpe de Estado, que hubiera sido la primera vez en la Historia, pero no fue posible. Hemos amanecido con una nueva realidad y, si todo transcurrió más o menos dentro de la legalidad, no podemos castigar al pueblo hondureño a que sufra más de lo que ya ha sufrido", argumentó el ex mediador en el conflicto.
Arias, aunque dijo no querer polemizar, lanzó una pulla contra el presidente de Brasil. "Lo peor sería que actuáramos con una doble moral. Se acepta el resultado de las elecciones en Irán o Afganistán, que se sabe que no fueron limpias, pero no en Honduras. No podemos convertirla en la Albania de Centroamérica", señaló.
España, en actitud mediadoraPara evitar esta controversia, los jefes de Estado y de Gobierno podrían optar por no calificar las elecciones. "España ni reconoce las elecciones ni tampoco las ignora", dijo el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Argumentó que, tras los comicios, "hay nuevos actores políticos", como Lobo, "que tendrán qué decir".
Esta tesis fue asumida por la canciller hondureña, quien dijo que "no desconocemos que existen actores políticos reales como Lobo, pero independientemente de las elecciones", sobre cuya posible repetición no quiso pronunciarse.
Durante la reunión bilateral que Zapatero mantuvo con Lula, el presidente brasileño apuntó la conveniencia de, sin ceder a los principios democráticos, ganar tiempo para ver cómo evolucionan los acontecimientos dentro de Honduras. Para el día 2 está convocada una reunión del Parlamento hondureño que debe decidir sobre el restablecimiento del "orden legítimo".
La canciller Rodes, tras proclamar que en Honduras "estamos defendiendo la democracia para el hemisferio y para el mundo", sostuvo que la solución "pasa insoslayablemente por la restitución del presidente constitucional", que no aceptará "ningún acuerdo para blanquear el golpe militar".
Rodes adelantó, como si ya se hubiera acordado, que la resolución de la cumbre reiterará la condena del golpe militar, declarará la necesidad de restituir en la Presidencia a Zelaya, condenará la persecución política y pedirá el cese del hostigamiento a la embajada de Brasil, donde está refugiado el presidente depuesto.
Tal resolución, sin embargo, seguía negociándose anoche y los dos únicos puntos compartidos por todos los mandatarios eran la condena del golpe militar y la apuesta por recuperar el diálogo, informa Mario Dujisin. Para unos, las elecciones del domingo pueden ser el punto de partida para un acuerdo; para otros, son simplemente ilegales.
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