Este artículo se publicó hace 15 años.
Hannover dará un adiós masivo a Enke, víctima de la presión sobre el futbolista
La ciudad de Hannover se prepara para acoger mañana una despedida multitudinaria a Robert Enke, el arquero de la selección alemana que se suicidó el pasado martes, cuya tragedia ha sacado a la luz la presión a veces insufrible sobre el futbolista de elite.
El estadio de Hannover, el último club del guardameta que pasó por el Barcelona, el Tenerife y otros conjuntos europeos, se hará pequeño para recibir a los miles de aficionados, a la cúpula del fútbol alemán y a representantes de los equipos anteriores en que jugó.
Los medios alemanes pronostican la mayor manifestación de duelo popular desde el acto de Estado por la muerte del primer canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Konrad Adenauer, fallecido en 1967, y ante cuyo féretro desfilaron 300.000 personas.
El aforo del estadio es de 45.000 personas y las autoridades ciudadanas esperan que acudan más del doble, por lo que han dispuesto pantallas gigantes en el exterior para seguir la ceremonia sobre el césped, donde se despedirá el féretro del jugador.
La muerte de Enke, de 32 años, el pasado martes, sacudió al país entero inmediatamente después de saltar la noticia de que se había arrojado a las vías de un tren.
La conferencia de prensa al día siguiente de su esposa, Teresa, de 33 años, explicando que ya en 2003 había recibido tratamiento por depresión sacó a la luz la tragedia interior de un arquero atípico, por su carácter afable, a años luz del prototipo de un Oliver Kahn.
Se sabía del duro golpe que supuso en 2006 la muerte de su hija Laura, de dos años, pero no las restantes presiones y miedos de alguien que arrastraba una depresión recurrente.
El miedo a perder su segunda hija -adoptada por el matrimonio en mayo, de ocho meses ahora y de nombre Leila-, junto a una inoportuna infección intestinal que obstaculizó su preparación para el Mundial 2010 le decidieron a ocultar su sufrimiento.
Ambos factores, el personal y el deportivo, han evidenciado la presión sobre los futbolistas, forzados a esconder sus flaquezas, como también mostró el caso del ex internacional Sebastian Deisler, quien en 2003 colgó las botas tras su larga lucha contra la depresión.
El caso de Enke ha abierto ahora un debate, presente tanto en la prensa popular -"Bild"- como en los medios serios, acerca de las tragedias ocultas de los futbolistas aparentemente más fuerte.
Su suicidio ha generado una corriente de empatía sin precedentes. Teóricamente, este sábado iba a transmitirse por la televisión pública el amistoso Alemania-Chile, desconvocado tras la tragedia de Enke. Mañana, domingo, cinco canales transmitirán en directo la despedida del estadio al arquero, con amplia presencia institucional y presidida por sus compañeros de la selección y el Hannover.
Ahí se espera acudan el seleccionador Joachim Löw, varios de sus antecesores -como Jürgen Klinsmann-, la cúpula futbolística alemana en pleno y también el presidente de la Federación de Fútbol de Chile, Reinaldo Sánchez, quien como el técnico de su país, Marcelo Bielsa, expresaron su total respeto por la cancelación del amistoso.
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