Este artículo se publicó hace 12 años.
El Gobierno ligará los salarios a la situación económica
Rajoy asegura que habrá reforma laboral antes de la tercera semana de febrero
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hizo ayer un nuevo llamamiento a los agentes sociales para que pongan "algo de su parte" en la reforma del mercado de trabajo. Pese a la insistencia de las últimas semanas del propio jefe del Ejecutivo y de su equipo económico a la hora de sostener que si no había acuerdo entre patronal y sindicatos, la mayoría absoluta del PP en las urnas les legitima para legislar, el presidente recalcó que el Gobierno "no lo puede todo".
Según indicó Rajoy en la inauguración del VI Foro de Liderazgo Turístico de Exceltur, la reforma laboral sentará las bases para un funcionamiento más eficiente del mercado de trabajo "en el que la evolución de los salarios se negocie de acuerdo con la evolución de la actividad económica y la situación de las empresas", según informa Efe. Se trata, en definitiva, de vincular la evolución de los salarios a la de las empresas. Esta fue una de las principales observaciones que el PP cosechó en los foros sectoriales con los que preparó su programa electoral para las elecciones generales. Los sindicatos siempre han reivindicado la necesidad de mantener el criterio del IPC a la hora de fijar los salarios, aunque sin renunciar a otras variables.
Además, el presidente del Gobierno añadió que la reforma hará que las condiciones de trabajo "se negocien en el ámbito territorial o sectorial óptimo para asegurar la competitividad económica y la sostenibilidad en el empleo".
Horas después de estas declaraciones, Rajoy recibió en el Palacio de la Moncloa al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Tras un almuerzo de algo más de hora y media ambos comparecieron ante la prensa. El jefe del Ejecutivo anunció que la reforma del mercado laboral no irá al Consejo de Ministros de este viernes. Pero que, al igual que la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria y la reestructuración del sistema financiero, se aprobará entre la última semana de este mes y las dos primeras de febrero.
Fuentes próximas a la Presidencia del Gobierno insistieron ayer en que este calendario implica acelerar la aprobación de estas tres reformas respecto a lo inicialmente previsto y anunciado por Rajoy en su discurso de investidura.
No obstante, la agenda marcada ayer por el líder de los conservadores abre la puerta a que Rajoy acuda a la cumbre europea del día 30 en Bruselas con la reforma laboral sin haber pasado todavía por el Consejo de Ministros. Días antes, el 26, se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel.
Minutos antes de que Rajoy pusiese un plazo a la reforma laboral, Van Rompuy animó al presidente a acelerar la aprobación de la reforma laboral. El presidente del Consejo Europeo recordó que, dada la tasa de paro en nuestro país, "me complace saber que España va a implementar una reforma laboral. No sólo es necesario, es una emergencia", resumió. Asimismo, añadió que se exigirá a todos los estados miembros "un plan de empleo que será vigilado de cerca".
ReunionesEl Ministerio de Empleo trabaja ya en esa reforma laboral, según confirmó ayer la propia ministra, Fátima Báñez, que dio otra pista sobre las medidas que tomará el Gobierno: reforzar el papel de la intermediación laboral, es decir, de las agencias privadas de colocación. Aunque la reforma laboral del Ejecutivo de Zapatero ya permitió a estas empresas de trabajo temporal colaborar con los servicios públicos de empleo, la intención de Rajoy sería ir más allá y permitir a las agencias que intervengan en ámbitos que hasta ahora tienen vedados, como la Administración pública, donde su margen de actuación es muy limitado.
"Todo nuestro empeño es que los que sepan colaborar en la búsqueda de empleo lo hagan", aseguró Báñez, que recordó que el Servicio Público de Empleo sólo coloca al 3% de las personas en paro. Es decir, el Gobierno va a estrechar los lazos entre los servicios públicos y las empresas privadas de colocación.
La ministra también señaló como eje principal la flexi-bilidad interna de las empresas "para que cuando las relaciones de trabajadores y empresarios vengan mal dadas, es decir, cuando haya crisis, puedan ajustarse a las circunstancias del mercado y no les quede como única razón el despido".
Por su parte, los sindicatos siguen insistiendo en pedir al Gobierno que abra urgentemente una mesa de negociación con los agentes sociales para conocer sus propuestas. "El Gobierno es el que ha decidido que toca hacer una reforma laboral. Debería decir para qué, cuál es el objetivo y con qué medios", reiteró ayer el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.
Las reuniones entre sindicatos y patronal seguirán esta semana para hablar de la evolución de los salarios y de la estructura de la negociación colectiva. "No habrá acuerdos parciales, o llegamos a un acuerdo global o nada", dijeron fuentes sindicales. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, no descarta llegar a un acuerdo, si bien hoy se reúne su Junta Directiva para tratar precisamente estos temas.
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