Este artículo se publicó hace 16 años.
El Gobierno argentino anula los polémicos impuestos agrícolas tras la derrota política
Tras sufrir su primera gran derrota política, el Gobierno argentino anunció hoy que dará marcha atrás con la subida de impuestos a las exportaciones de granos, que hace cuatro meses desató un conflicto sin precedentes con el campo.
La decisión del Ejecutivo que preside Cristina Fernández de suspender el esquema de retenciones móviles que regía desde marzo último fue bien recibida por las patronales agropecuarias, que de todos modos advirtieron que aún esperan respuestas a otros reclamos del sector.
La oposición también consideró hoy que el Gobierno hizo lo correcto, luego del rechazo que recibió la medida en el Senado durante la madrugada del jueves con el voto decisivo del vicepresidente del país, Julio Cobos, y que supuso una importante derrota política para el oficialismo.
El anuncio sobre la suspensión de la subida impositiva fue realizado por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien se limitó a leer el texto del decreto que lleva la firma de la jefa del Estado.
La presidenta, quien recientemente se había jactado de no recurrir a los decretos en la gestión que comenzó en diciembre último, debió utilizar este mecanismo para dejar sin efecto el alza de los impuestos a la exportación de granos.
Aquella resolución desencadenó una oleada de movilizaciones y protestas del sector agropecuario que han provocado pérdidas millonarias al país y un severo desgaste de la mandataria, que en octubre de 2007 fue elegida con el 46 por ciento de los votos y cuya ha caído más de 20 puntos en los últimos cuatro meses.
El nuevo decreto, que entrará en vigor tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado el próximo lunes, establece que los niveles impositivos para las exportaciones de soja, trigo, maíz y girasol vuelvan a ser los establecidos en noviembre pasado.
Por lo tanto, en lugar del esquema de retenciones móviles que regía desde marzo, para las exportaciones de soja volverá a aplicarse un impuesto fijo del 35 por ciento; del 28 para las del trigo; 25 para el maíz; y 23 por ciento para las de girasol.
El titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luciano Miguens, manifestó que la decisión del Ejecutivo terminará con más de cuatro meses de conflicto "si existe la derogación" de la polémica resolución gubernamental.
"Permite pensar en un proyecto superador para recuperar el tiempo perdido", enfatizó Miguens, quien añadió que aún resta "abordar una extensa agenda" de peticiones para alcanzar beneficios "en el sector ganadero, lechero, las economías regionales y la agricultura".
La suspensión anunciada hoy "es una buena noticia en principio, pero hay que profundizarlo más. Todavía falta un tratamiento diferente de impuestos con los pequeños y medianos productores", sostuvo a su vez el titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, en declaraciones televisivas.
Para la líder de la centrista Coalición Cívica y una de las principales dirigentes de la oposición, Elisa Carrió, "es muy buena la reacción de la presidenta" y la suspensión de las retenciones móviles "permite resolver el conflicto" con el campo.
"Esta decisión abre la puerta a que desde la próxima semana se pueda empezar a tratar la agenda postergada, que es la inflación, la situación energética y la problemática de los jubilados", destacó Carrió.
"Era lo que el Gobierno tenía que hacer", manifestó por su parte Gerardo Morales, presidente de la Unión Cívica Radical, la segunda fuerza parlamentaria del país.
Tras anunciar la suspensión del polémico esquema impositivo, el jefe de Gabinete dio a entender que es probable que en el futuro el Gobierno envíe al Parlamento otro proyecto relacionado con los tributos a las exportaciones de granos.
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