Este artículo se publicó hace 16 años.
General Motors triunfa en el mundo, pero sigue sufriendo en casa
Los tres primeros meses de 2008 han confirmado que, aunque General Motors está disfrutando de uno de sus mejores momentos en la mayor parte del mundo, el fabricante estadounidense sigue teniendo problemas para triunfar en casa.
Hoy, General Motors tuvo que claudicar su puesto como primer vendedor mundial de automóviles. El gigante estadounidense vendió durante el primer trimestre del año 2,25 millones de vehículos en todo el mundo, alrededor de un 1 por ciento menos que en el mismo periodo de 2007.
Pocas horas antes, desde Tokio, Toyota anunció que su ventas trimestrales se habían situado en la cifra récord de 2,41 millones de unidades.
En el mismo periodo Honda, el segundo fabricante japonés, aumentó su producción mundial un 4,5 por ciento hasta alcanzar 1,02 millones de vehículos. Por su parte, Nissan produjo 950.000 vehículos, un aumento del 9,4 por ciento.
La caída de las alturas de GM se produce a pesar de que el fabricante está vendiendo más que nunca en mercados fuera de los Estados Unidos.
Pero en el mercado clave de Estados Unidos -donde se venden al año entre 16 y 17 millones de vehículos- las cosas siguen sin funcionar para GM. O para los otros fabricantes estadounidenses.
Mientras que las ventas de GM en el resto del mundo aumentaron un ocho por ciento durante los tres primeros de 2008, en Estados Unidos cayeron un 10 por ciento.
La ralentización económica del país -lo que algunos ya califican sin tapujos como recesión- ha sido la puntilla que ha rematado los malos resultados de General Motors.
John Middlebrook, vicepresidente de GM para Ventas Mundiales, se refirió a las "dificultades de la economía estadounidense" a la hora de justificar los persistentes malos resultados en el país.
Pero los males de GM preceden la crisis económica y se remontan a la excesiva dependencia del fabricante, y de las otras empresas estadounidenses, de la venta de vehículos como los SUV, cuya principal característica ha sido el elevado consumo de gasolina.
El lado positivo de los resultados de GM es que sus ventas en el resto del mundo están en niveles récord.
En China, un mercado clave para cualquier fabricante, GM reafirmó su posición como líder en ventas. La demanda de vehículos de este fabricante aumentó un siete por ciento y se situó en 312.000 unidades.
En otro de los mercados emergentes fundamentales, Brasil, el aumento de las ventas fue del 36 por ciento.
Los éxitos en el exterior no deberían ocultar los problemas domésticos. Por el contrario, probablemente General Motors tendrá que aumentar los esfuerzos para revertir la situación en Estados Unidos lo antes posible.
Esa parece ser la posición de Ford y su máximo directivo, Alan Mulally.
Ford está listo para dar a conocer mañana los resultados financieros de 2007 y Mulally podría aprovechar la oportunidad para anunciar más reestructuraciones del segundo fabricante estadounidense de automóviles.
Informaciones aparecidas hoy en la prensa estadounidense señalan que Mulally quiere reducir el grupo Ford básicamente a dos marcas: Ford y Lincoln. Esto supondría vender la sueca Volvo y eliminar la estadounidense Mercury.
Mulally -uno de los autores de la reorganización del fabricante de aviones Boeing en los años 1990- ya se ha desembarazado de Aston Martin, Jaguar y Land Rover.
General Motors, con ocho marcas en Estados Unidos, anunció la semana pasada su reorganización en cuatro grupos manteniendo todos los nombres del grupo.
A partir de junio las marcas de lujo Cadillac, Hummer y Saab quedarán agrupadas bajo la división Premium. Otra marca de calidad, Buick, ha quedado agrupada con Pontiac y GMC en la división BPG. Chevrolet y Saturn se mantienen como divisiones separadas.
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