Este artículo se publicó hace 12 años.
La Fundación Saramago abre su sede en Lisboa a los dos años de la muerte del Nobel
La nueva sede de la Fundación José Saramago abre hoy sus puertas cuando están a punto de cumplirse dos años de la muerte del literato luso, cuyo "espíritu" inunda ya la "Casa dos Bicos", donde quiso y no pudo trabajar.
Cientos de libros, propios y ajenos, manuscritos, borradores e incluso sus agendas personales, dan vida desde hoy al histórico edificio de la capital lusa, situado en uno de sus barrios tradicionales, junto a las orillas del río Tajo.
Entre los recuerdos de Saramago están también un escritorio -con su máquina de escribir incluida-, algunos de los premios que recibió, como el Nobel de 1998, y fotografías de figuras de la cultura mundial.
Letras y más letras que se encuentran por todos los recovecos del lugar, recuerdan -como explica su viuda, Pilar del Río- la figura del escritor y convivirán en armonía con las proyecciones, conferencias y exposiciones que albergará la fundación.
El objetivo de la institución será "promover el debate", según Del Río, quien subraya el valor sentimental que tenía para Saramago la "Casa dos Bicos", un magnífico edificio del siglo XVI cuya fachada, plagada de aristas y picos, se ha convertido en imagen típica de la "Baixa", el centro lisboeta.
"El arquitecto que rehabilitaba este edificio me dijo entre lágrimas que le daba pena que Saramago no llegara a utilizar el despacho que le estaba preparando y desde el que se veía el Tajo y los barcos. Ahí pensé que sus cenizas debían reposar debajo de la que iba a ser su ventana", explicó.
La propia Del Río recuerda que el autor portugués "estaba fascinado con esa ventana, que sí llegó a ver".
"Incluso reconoció varias veces -anota- que cualquier escritor puede algún día soñar con ganar el Nobel, pero lo impensable era poder habitar la Casa dos Bicos".
Un olivo traído de su pueblo natal, Azinhaga, una pequeña placa en el suelo con su nombre y un banco de color blanco que invita a sentarse a la sombra del árbol, señalan el lugar donde descansan los restos de Saramago.
Fueron depositados allí hace un año con motivo del primer aniversario de su fallecimiento, el 18 de junio de 2010.
Películas no comerciales, conciertos, exhibiciones y charlas se sucederán en las instalaciones de la fundación, que abrirá sus puertas al público durante ocho horas diarias.
Todo el material recopilado en el edificio procede del domicilio de Saramago en Lanzarote (Canarias) y llegó a Lisboa en cientos de cajas que ocuparon todo un contenedor enviado por barco.
Algunas se han abierto a última hora en medio de los trajines para conseguir que todo estuviera listo en la nueva sede de la fundación.
Además de las actividades culturales que se organicen, quienes la visiten podrán ver algunas de las ruinas romanas acumuladas en el subsuelo de la "Casa dos Bicos", que provocaron continuos retrasos en la restauración del edificio e hicieron que Saramago no llegara a habitarlo.
También se podrán comprar libros y productos relacionados con el literato, entre ellos algunos tan curiosos como los sobres de azúcar y tazas de café que llevan su firma.
En otra zona hay ya auriculares listos para que los visitantes puedan escuchar alguna de las óperas que escribió.
"Hoy ya se respira Saramago. Su espíritu está aquí. A partir de ahora se notará que en este lugar nada es indiferente, se verá la alegría, que todo el mundo hace de todo", subraya Del Río.
La viuda del escritor defiende la necesidad de que en momentos de crisis como el actual se lancen nuevas ideas y propuestas para fomentar el pensamiento crítico, y de ellas será motor la fundación.
Una pieza clave entre los recuerdos que alberga ahora su sede es la fotografía de Saramago, de tamaño natural, que cuelga en uno de los muros.
En ella el autor de clásicos como "Ensayo sobre la lucidez" o "La Caverna" aparece solo, en la oscuridad y con un cinturón cargado de aparentes explosivos que en realidad son libros.
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