Este artículo se publicó hace 14 años.
La frontera en Mae Sot recobra la normalidad tras la marcha de los refugiados
La población tailandesa de la localidad Mae Sot, en la frontera con Birmania (Myanmar), recupera hoy la normalidad con la partida de los últimos 20.000 refugiados birmanos que huyeron al país vecino por los choques entre la guerrilla karen y el Ejército.
No obstante, en otros puntos de esta porosa frontera en el este de Tailandia continúan los enfrentamientos entre rebeldes karen y tropas gubernamentales.
Las autoridades de Birmania calificaron hoy de "actos terroristas" la ofensiva de los guerrilleros karen pues intentan "romper la estabilidad, la paz y el Estado de derecho", según "La Nueva Luz de Myanmar", el diario en lengua inglesa que la Junta Militar emplea para difundir sus mensajes a Occidente.
El rotativo reconoció cuatro muertos y 23 heridos en los enfrentamientos que comenzaron el lunes, mientras que las autoridades tailandesas manejan 18 muertos y fuentes de la guerrilla karen los elevan a al menos un centenar.
El primer ministro de Tailandia, Abhist Vejjajiva, cree que la inestabilidad en el lado birmano de la frontera puede prolongarse hasta tres meses, mientras se forma el Gobierno nacido de las elecciones de domingo y consolida su posición.
"Han pasado la noche aquí unas 700 personas. Se han ido en cuanto ha amanecido", explicó a Efe un soldado tailandés mientras observaba el campo de fútbol de la base militar donde la víspera se refugiaban 20.000 birmanos de los combates en Myawady, frente a Mae Sot.
Varias decenas de voluntarios desmontaban hoy las carpas y recogían las botellas de agua vacías, los cartones en los que se repartió comida y otros desechos acumulados durante la estancia de los refugiados.
La vuelta a la normalidad también se percibía en el barrio del mercado fronterizo de Moei donde unos altavoces emitían a todo volumen música romántica para contribuir a serenar los ánimos.
Comercios y restaurantes, no todos, volvieron a levantar las persianas que bajaron el lunes, cuando un cohete disparado desde el lado birmano impactó delante de una tienda y causó un muerto y dos heridos.
"Mi mujer y mi hija se fueron al centro de Mae Sot. Yo me quedé aquí encerrado", relató Wi Cha, un comerciante tailandés de piedras preciosas procedentes de Birmania desde cuya tienda se observa, al otro lado del río, a los Policías birmanos en el puesto que el domingo les arrebató sin fuerza un comando escindido del Ejército Budista para la Democracia Karen (EBDK).
"Esto ya está más tranquilo. Ya no hay tiros. Pero ha sido muy malo para el negocio. A ver si mañana empiezan a volver los clientes", manifestó el comerciante.
Otro signo de normalidad lo pusieron los contrabandistas de tabaco y productos eróticos al reaparecer en sus chiringuitos al límite de la tierra de nadie.
"No es que me alegre mucho de haber vuelto. En Tailandia nos han tratado muy bien pero en Birmania no. Siempre hay tiros", manifestó uno de los vendedores de tabaco de nuevo en su puesto de venta.
Metros más al norte, el pequeño asentamiento de birmanos en tierra de nadie había recuperado parte de su habitual ajetreo y el mercado que montan sus vecinos ya ofrecía verduras y algunos langostinos procedentes del mar Andamán.
Debajo del puente que comunica ambos países y todavía cerrado, varios soldados tailandeses seguían con atención cualquier movimiento en el puesto fronterizo de la Policía en Myawady.
Mientras Mae Sot recupera la normalidad, varias decenas de kilómetros más al sur, en el área del Paso de las Tres Pagodas, continuaban hoy los combates entre el EBDK y tropas del régimen.
El director de la Policía tailandesa de Kanchanaburi, Varathorn Witthayabamrung, dijo que "el Ejército birmano intenta retomar Phaya Tongsu del DKBA" y opinó que los "enfrentamientos pueden intensificarse.
Según el Policía, 11 soldados birmanos han muerto en el área y 2.500 miembros de las etnias karen y mon han cruzado la frontera para buscar refugio en Tailandia.
La movilización del comando escindido del DKBA, uno de los grupos armados de las minorías étnicas que firmó una tregua la década pasada, estaba dirigida a denunciar las elecciones legislativas del domingo, boicoteadas por la oposición democrática.
Birmania está gobernada por una dictadura militar desde 1962.
Jordi Calvet
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