Este artículo se publicó hace 14 años.
Festival del humor republicano
Bob Pop analiza el primer capítulo de la serie sobre los príncipes de Asturias
Anoche vi el primer capítulo de la miniserie sobre las cosas del 'querer y deber' de los príncipes de Asturias y les prometo que todavía me estoy recuperando del dolor de mandíbula batiente que me provocaron los ataques de risa que sufrí ante ese engendro televisivo repleto de actores fuera de lugar, líneas de guión hilarantes y una puesta en escena más barata que el plató de un programa de cine que presentara Juan Manuel de Prada.
Se supone que Felipe&LetiziaTV es una historia de amor, igual que se supone que el rey -encarnado por Juanjo Puigcorbé en estado de gracieta- es un señor experto en política internacional, que escribe sus propios discursos de navidad, conoce al dedillo 'refranes chinos', juega al tenis en familia con la bandera de España de la Plaza de Colón de Madrid a modo de muñequera o le recrimina a Marichalar su afición al teléfono móvil con frases tan inquietantes como "Jaime, que te vas a quedar sin batería".
Y todo eso con una incapacidad para la dicción propia de un publirreportaje de una logopedia. A su lado, la reina Sofía -o Marisa Paredes con la peluca desempolvada de la madre de Norman Bates en 'Psicosis' y un frenillo incomprensible- ejerce de presuegra chunga, madre amantísima y profesional eficiente. La monda.
Mientras sucumbo a un ataque de flato, mi marido salta del sofá y se pone a entonar el 'Himno de Riego' a voz en grito
"Formo parte de algo muy antiguo que necesita gente como tú", le dice en un momento del telefilme Felipe a Letizia y, mientras yo sucumbo a un ataque de flato, mi marido salta del sofá y se pone a entonar el Himno de Riego a voz en grito.
Lo normal: somos un claro ejemplo de lo que provoca la serie con su explosiva combinación de parodia involuntaria y unos alegatos de responsabilidad de estado monárquico encajados con calzador.
Del estupor que genera ese príncipe que baila salsa y ve el telediario, esa periodista tan resuelta que se lo lleva a casa, "Quiero ver cómo te mueves en 80 metros cuadrados", ese Urdaci estrábico o la aparición estelar del marido de Mar Flores interpretado por un actor (que algún día lo incluirá en su currículo).
No me pienso perder mañana Felipe&Leticia, el (des)enlace: hacía tiempo que no me reía tanto viendo la televisión con un ojo mientras tenía el otro fijo en los mensajes que iban apareciendo en Twitter (#felipeyletizia): un festival del humor republicano.
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