Este artículo se publicó hace 14 años.
Familiares de víctimas de Franco retan a Aguirre a abrir una fosa
La presidenta madrileña se comprometió en abril a "hacer lo necesario" para buscar los restos de los represaliados
"Haremos lo necesario para que todos los que quieran buscar los restos de sus antepasados puedan buscarlos".
Esperanza Aguirre pronunció esta frase el pasado 28 de abril y el Foro Social de la Sierra de Guadarrama, que aglutina a familiares de víctimas de la dictadura, se lo ha tomado al pie de la letra.
La organización tiene previsto presentar mañana viernes ante la Asamblea de Madrid (donde el PP tiene la mayoría absoluta) una solicitud para que la cámara autonómica promueva la apertura de una fosa común en San Lorenzo de El Escorial, en la que están los cuerpos de, al menos, 79 fusilados durante la dictadura.
La petición llegará gracias al respaldo de IU, y contará con la firma de cinco personas que durante años han sufrido "el olvido" del horror del franquismo. El cuerpo del padre de Concepción Fernández-Salinero, una de las solicitantes, está en la mencionada fosa madrileña. "Él fue el alcalde republicano de San Lorenzo, y por eso lo fusilaron", explica, aún compungida.
"No tuvo ni defensa ni juicio"A diferencia de otras víctimas que eran más jóvenes durante la Guerra Civil, ella recuerda perfectamente aquel 23 de junio de 1939 en el que los militares franquistas acabaron con la vida de su padre. "Era una bellísima persona, tenía 38 años y 8 hijos de los que hoy sólo quedamos tres", afirma. Con su respaldo a la iniciativa, únicamente busca "la tranquilidad de saber que el cuerpo de mi padre está ahí".
Concepción busca "la tranquilidad de saber que el cuerpo de mi padre está ahí"."No tuvo ni defensa ni juicio", lamenta, por su parte, Rosa Camisón, cuyo padre Fabián, que fue secretario general de la CNT, fue víctima de la pena de muerte de uno de los llamados procesos sumarísimos. Los cuarenta años de dictadura y los treinta de democracia no han acabado con su "dolor", por un lado, "por haber estado toda una vida sin padre" y, por otro, por los ocho años que pasó con sus abuelos mientras su madre estaba en la cárcel "por ser mujer de quien era".
Sus objetivos, como los de los demás firmantes cuyos familiares perecieron en la sierra madrileña a manos de los franquistas (Pedro Rubio, Miguel Ángel García y Santiago Grande), es recuperar los cuerpos de sus familiares y "que se anulen los juicios sumarísimos que les condenaron" a la pena máxima. Quieren recuperar el honor que, durante más de setenta años, les han negado las instituciones.
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