Este artículo se publicó hace 13 años.
Una explosión causa once muertos y un centenar de heridos en el metro de Minsk
Una explosión de origen desconocido causó hoy once muertos y más de un centenar de heridos en el metro de Minsk, capital de Bielorrusia, país hasta ahora inmune a los atentados terroristas.
Las fuentes de las fuerzas de seguridad citadas por la agencia rusa Interfax indicaron que la principal hipótesis que barajan en estos momentos como causa de la explosión es un atentado terrorista.
"Las señales externas y la naturaleza de las heridas recibidas por los damnificados habla precisamente de un atentado", apuntó una de las fuentes.
"No descarto que nos hayan podido traer este 'regalo' del exterior. Pero tenemos que mirar adentro. Los culpables deben ser encontrados", aseguró el presidente del país, Alexandr Lukashenko, tras visitar el lugar la explosión para depositar un ramo de flores.
Lukashenko, reelegido en diciembre pasado en unas controvertidas elecciones, ordenó a las fuerzas de seguridad que revisen todos los arsenales y almacenes con municiones, según informaron las agencias rusas.
Además, nombró al jefe del Comité de Seguridad del Estado (KGB) responsable directo de la investigación penal de la explosión, ocurrida en hora punta en la céntrica estación de "Oktiábraskaya", que se encuentra en las inmediaciones de la residencia presidencial.
El líder bielorruso, considerado el último dictador de Europa, llamó a desenmascarar a quién le conviene "tirar por tierra la tranquilidad y estabilidad del país".
"Nnos han lanzado un serio desafío. Debemos dar una respuesta adecuada. ¿Quiénes son? Les pido que se apuren a la hora de responder a este pregunta", dijo.
Lukashenko ordenó aceptar la ayuda ofrecida por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, al tiempo que reforzó la seguridad en todo el país.
"Escuché un sonido parecido a cuando se abre una botella de champán. Entonces, saltaron por las aires las cristaleras del vagón y comenzó a salir mucho humo. Nos asustamos, ya que pensamos que nos asfixiaríamos", declaró un testigo a la agencia rusa Interfax.
Medio centenar de heridos tuvieron que ser hospitalizados, 22 de gravedad, mientras el resto fueron atendidos por equipos de urgencia en la misma calle, según la agencia oficial bielorrusa Belta.
Los afectados presentaban quemaduras y heridas en las extremidades inferiores, habituales en casos de explosión de bomba. La onda expansiva se hizo notar en las estaciones colindantes, según otros testigos citados por Interfax.
Por esta razón, según el jefe de la clínica de atención urgente de Minsk, Víctor Sirenko, a varios de los heridos se le tuvieron que amputar manos, brazos o piernas.
La explosión ocurrió en el vestíbulo de la estación "Oktiábraskaya" poco antes de las 18:00 hora local (15:00 GMT), cuando en sus andenes se encontraban dos trenes repletos de viajeros.
Según testigos presenciales, varias personas fueron víctimas del repentino derrumbe de la escalera mecánica que conducía a la calle, lo que desató el pánico entre los viajeros, ya que también se apagaron las lámparas que alumbran la estación.
La estación es una de las más concurridas de la capital bielorrusa, ya que enlaza las edificios oficiales y las sedes de las principales empresas industriales de la ciudad con los barrios dormitorio.
Muchos viajeros tuvieron que abandonar el metro por su propio pie, tras lo que fueron atendidos en la calle por los equipos médicos del ministerio de Situaciones de Emergencia bielorruso.
Un portavoz del ministerio descartó que el edificio del metropolitano se hubiera derrumbado, aunque algunos testigos insistieron en que parte de la estación se vino abajo.
Bielorrusia, con 9,4 millones de habitantes, es uno de los países más estables y seguros de la región, en gran medida debido a sus fuerzas de seguridad, las únicas que aún conservan el acrónimo soviético, KGB.
El 1 de marzo comenzaron los juicios contra 42 de los participantes en los disturbios que estallaron tras el cierre de los colegios en los comicios presidenciales del 19 diciembre pasado y que desembocaron en enfrentamientos entre opositores y la policía.
Tras la represión violenta de la oposición por las fuerzas de seguridad bielorrusas, el pasado 31 de enero la Unión Europea aprobó sanciones contra el régimen de Lukashenko, en el poder desde 1994.
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