Este artículo se publicó hace 15 años.
"Everybody's Fine" reconcilia a la crítica con Robert De Niro
Tras numerosos trabajos que engrosaron su cuenta corriente pero no ayudaron a devolverle el favor de la crítica, Robert De Niro vuelve por sus fueros en la comedia dramática "Everybody's Fine", sobre los esfuerzos de un viudo por estrechar lazos con sus hijos.
"De Niro está espléndido en el papel y ofrece una clase maestra de interpretación sutil que parece lograr sin esfuerzo", dijo Pete Hammond, analista del periódico Los Angeles Times. "Hacía mucho tiempo que el actor no emocionaba así en pantalla", agregó sobre el actor de "Meet the Parents" (2000) o "Meet the Fockers" (2004).
"Es posiblemente la primera vez que evoca una bondad sincera y sin ironías. No hay rastro de la furia y la ansiedad de sus mejores papeles, ni de histrionismos. En su lugar hay intensidad silenciosa y contemplativa que sugiere toda una vida interior", apuntó Andrew Barker, de la revista Variety.
El filme, que llega hoy a Estados Unidos y está dirigido por el británico Kirk Jones ("Waking Ned"), es una nueva versión de la película "Stanno tutti bene" (1990), de Giuseppe Tornatore, protagonizada por Marcello Mastroianni.
"Sólo vi la película original tres veces", dijo el cineasta. "No quería simplemente traducirla, o hacer la misma versión en un idioma diferente. Tornatore no esperaría eso de mí. Necesitaba hacerla mía", agregó.
Para ello el realizador se quedó con la columna vertebral de la cinta italiana y la adaptó a los tiempos actuales con una historia que suena muy familiar: padres e hijos separados por miles de kilómetros que, acuciados por el estrés diario, no encuentran tiempo para estar juntos.
Si en la película de Tornatore Mastroianni recorría Nápoles, Roma, Florencia, Milán y Turín para retomar la relación con sus cinco hijos, De Niro (que da vida a Frank Goode) se desplaza a Nueva York, Chicago, Denver y Las Vegas, para hacer lo propio.
Goode, un hombre volcado en su trabajo para que a su familia no le faltara nunca nada, se da cuenta de que tanta dedicación le impidió tener una relación afectuosa con sus hijos y que eso ahora le pasa factura.
Ahí entran en juego los personajes de Drew Barrymore (una bailarina en un espectáculo de la "ciudad del pecado"), Kate Beckinsale (una importante publicista), Sam Rockwell (un director de orquesta) y Austin Lysy (un pintor reconocido). Tres de ellos intentarán ocultar a su padre una grave tragedia familiar.
"Me puedo identificar con la historia perfectamente", afirmó De Niro. "Puedo entender por lo que está pasando Frank con sus hijos, y eso es lo que más me interesó", comentó el actor, cuya tranquila interpretación recuerda a sus personajes en "Mad Dog and Glory" (1993) o "Falling in Love" (1984), marcados por lo cotidiano de sus quehaceres.
"Cuando ves a De Niro caminando por el supermercado con su bolsa de la compra o tomando fotografías y guardando la cámara con sumo cuidado, a la gente le da la sensación de estar viendo a su propio padre", explicó uno de los productores de la cinta, Glynis Murray.
El personaje de De Niro, a lo largo del metraje, conocerá los entresijos de las vidas de sus hijos, que esconden facetas que desconocía por completo, como la de su hija menor, Rosie.
"Mi personaje crea toda una ilusión para su padre porque sabe que está muy orgulloso de que su pequeña haya logrado todos sus sueños", explicó Barrymore. "En realidad está sufriendo, pero no desea decirle la verdad", comentó.
Lo mismo ocurre con los problemas matrimoniales de Amy, a la que encarna Beckinsale. "Puede que no hayamos tenido las mismas experiencias que los personajes, pero los secretos entre familias, proteger a los padres y las relaciones entre hermanos son cosas universales para todo el mundo", manifestó la intérprete británica.
Y también en el caso de Robert (Rockwell), cuya carrera musical no es tan brillante como parece. "Parece que estos días todo el mundo apenas tiene relación con sus padres. Es algo común, así que esta película te hace rebuscar en tu alma para corregir ciertas cosas", concluyó.
El mensaje positivo del filme incluso inspiró a Paul McCartney, quien se animó a componer una canción para los títulos de crédito finales: "(I Want To) Come Home".
"Tengo tres hijos y cuando eran más jóvenes no faltaban en vacaciones, pero cuando crecen, tienen sus parejas, sus hijos... y quieren pasar tiempo a solas. Como padre, tienes que aprender a llevarlo, así que me identifiqué totalmente con el personaje de De Niro", manifestó el ex Beatle.
Antonio Martín Guirado
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