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La Eurocámara apoya rebajar del 10% al 6% el uso de biocombustibles para el transporte

La Comisión Europea había propuesto limitarlos al 5% tras las fuertes críticas a su política de renovables. La norma final deberá ser ahora acordada por los Gobiernos de los Veintiocho

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El pleno de la Eurocámara ha apoyado limitar al 6% -frente al objetivo actual del 10%- el uso de biocarburantes elaborados con cultivos alimentarios en el sector del transporte.

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La Comisión Europea había propuesto limitarlos al 5%, pero las negociaciones en el Parlamento sólo han conseguido un acuerdo para una rebaja de cuatro puntos porcentuales en una votación bastante ajustada: 356 votos a favor, 327 en contra y 14 abstenciones. Ahora, la versión final de la norma pasará al Consejo Europeo para que sea acordada por los Gobiernos de los Veintiocho. Si el Consejo no da el visto bueno, será necesaria una segunda lectura en la Eurocámara.

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"El debate ha sido extremadamente difícil porque los intereses económicos han estado muy presentes. Se trata de un texto muy técnico, pero con repercusiones económicas y éticas importantes", ha declarado la ponente de la directiva, la liberal francesa Corinne Lepage.

Además de aprobar un rebaja del 6% para los carburantes que provienen de alimentos, el Parlamento Europeo ha aprobado que se incluya en ese límite los carburantes que se elaboran con cultivos energéticos. También el texto incorpora un acuerdo para que se tengan en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen por los cambios indirectos de uso de suelo, los llamados ILUC, hasta ahora fuera de la contabilidad de emisiones de los agrocombustibles.

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El objetivo de la medida es acelerar la transición hacia una nueva generación de biocombustibles fabricados con algas y algunos residuos. El Parlamento es favorable a que estos carburantes de segunda generación aporten al menos un 2,5% del consumo total de energía en el sector del transporte en 2020.

En una semana decisiva para la política europea de agrocombustibles, la UE trata así de responder a las fuertes críticas recibidas por su política de renovables, cuyos opositores consideran que contribuye a la subida de los precios de los alimentos, a la deforestación, el desplazamiento de poblaciones, la competencia por la tierray un incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero.

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"La industria ha sometido al Parlamento Europeo a una extraordinaria presión para mantener los beneficios de esta industria insostenible", ha manifestado Ecologistas en Acción, que considera el límite del 6%, insuficiente. También Greenpeace ha lamentado que el tope del 6% es todavía "demasiado alto".

El objetivo es acelerar la transición hacia biocombustibles hechos con algas y residuos

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En España, la Coalición Clima, integrada por más de una treintena de organizaciones ecologistas, sociales, ONG para el desarrollo, sindicatos, científicos y consumidores remitieron ayer una carta a los ministros de Industria y Medio Ambiente para que "aboguen por un cambio de rumbo en el seno del Consejo Europeo, que tenga en cuenta el impacto climático real de la producción de agrocombustibles y también sus efectos socioeconómicos".

"Ninguno de los tres objetivos por los que la Unión Europea decidió impulsar el consumo de agrocombustibles se están cumpliendo: ni reducción de emisiones GEI, ni una mayor seguridad energética, ni oportunidades de empleo y desarrollo rural. Nuestra sociedad está pagando un gran coste por unos resultados insuficientes en algunos casos, y negativos en otros muchos", sostienen en un comunicado.

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"Ninguno de los objetivos por los que la UE decidió impulsar los agrocombustibles se están cumpliendo" Un informe realizado por el Instituto Internacional de Desarrollo Sostenible publicado el lunes concluye que la industria española de los agrocombustibles recibió cerca de 1200 millones de euros anuales en forma de objetivos de consumo obligatorio y exenciones fiscales, mientras que "el beneficio de la economía rural española es casi inexistente" ya que el biodiesel, que supuso en 2011 más de cuatro quintas partes del mercado total de agrocombustibles "se fabrica en más de un 95% a partir de materias primas importadas: soja argentina y palma de indonesia".

"Cuando conocemos datos sobre el retorno a la sociedad española, la conclusion es clara: pagamos demasiado por casi nada, y no tiene ningún sentido seguir apoyando con políticas y recursos públicos estos productos", señala Abel Esteban, de Ecologistas en Acción.

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La campaña www.stopbadbiofuels.org ha puesto en marcha una petición a los eurodiputados para frenar su consumo a la que toda los ciudadanos comunitarios pueden sumarse.

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