Este artículo se publicó hace 11 años.
Estela, despedida por hacer huelga el 14-N, será readmitida e indemnizada
El juzgado de lo social de Móstoles considera que su derecho a huelga fue vulnerado y obliga a la empresa a abonar los salarios dejados de percibir más una indemnización de 1.000 euros por daños morales
Cuatro meses después de interponer la denuncia, el juzgado de lo social número 2 bis de Móstoles da la razón a Estela Mendo, que denunció a su empresa, Ainpro Gestiones Integrales de Limpiezas y Comunidades SL, al considerar que su despido constituía la vulneración de su derecho constitucional a hacer huelga el pasado 14 de noviembre .
La jueza considera que su despido no responde a causas justificadas basándose en lo "genérico" de las razones argumentadas por la empresa, por lo que deberá ser readmitida de inmediato y percibir los salarios que no ha cobrado desde que se hizo efectivo el despido - el día después de la huelga general- hasta la emisión de la sentencia. Además, continúa el fallo, el empresario deberá indemnizar a Estela con 1.000 euros por daños y perjuicios.
"El despido de la trabajadora demandante constituye una represalia del empresario, lo que supone una vulneración del derecho fundamental de la trabajadora a la huelga para la defensa de sus intereses", reza la sentencia.
Ha sido un largo recorrido el que ha tenido que transitar Estela, de 30 años y natural de León aunque residente en Pinto (Madrid). Licenciada en Psicología y estudiante de un máster en terapia de conducta, es el reflejo de las pocas alternativas que los jóvenes españoles tienen en el mercado laboral actual.
A pesar de su formación, aceptó trabajar como limpiadora con un contrato temporal. Precisamente por eso, sentía que era su deber ir a la huelga el pasado 14 de noviembre. Pero nunca imaginó que defender sus derechos le pudiese costar su puesto de trabajo. Sin embargo, Estela no tuvo miedo a denunciar su caso y se puso en contacto con la Oficina Precaria, una asesoría jurídica que intenta dar cabida a los trabajadores de esta nueva realidad laboral posterior a la crisis económica: sin apenas derechos, salarios ridículos y sin posibilidad de filiación sindical.
De forma gratuita, la Oficina Precaria se hizo cargo de su caso y, tras intentar una conciliación con la empresa que ésta rechazó , la demanda acabó en los tribunales, que ahora le dan la razón. "La empresa no pudo acreditar en el juicio ni las faltas repetidas injustificadas ni la reducción de su productividad ni ninguna de las causas que alegaba para la extinción de su contrato", explica a Público Carlos Sevilla, abogado de la Oficina Precaria que ha defendido a Estela.
Una "alegría enorme"Después de "tanto disgusto", la joven asegura a Público que la sentencia ha sido una "alegría enorme". "Es una alegría muy grande saber que como trabajadores no estamos desamparados y que no sólo tenemos obligaciones, sino también derechos", sostiene.
"Que me readmitan y volver a tener trabajo hace que me sienta muy afortunada y mucho más sabiendo cómo está el mercado laboral. Pero la mayor satisfacción es saber que quizá alguien escuche mi caso, se sienta identificado como víctima de un abuso laboral y decida luchar por lo que es justo", argumenta. Auque recuerda que durante estos meses no ha parado enviar currículos sin conseguir nada.
"La mayor satisfacción es saber que alguien se sienta identificado como víctima y decida luchar", dice EstelaEste caso pone de manifiesto que "aunque contemos con medios precarios de asistencia jurídico-laboral, se puede dar la batalla con muchos despidos", dice Sevilla, porque "se está empezado a crear una cultura empresarial basada en el despido generalizado, pero si se pelean bien en los juzgados y en las calle, se puede ganar", sentencia.
Así, la Oficina Precaria se constituye como una "herramienta eficaz, que gana y que puede animar a mucha gente joven sin cultura sindical -no por ellos, sino por la incompetencia de los grandes sindicatos- a conocer y pelear por los derechos que tiene", continúa el letrado, que ve este juicio como "necesario" pero "no suficiente para cambiar la cultura de lucha de la gente joven en sus centros de trabajo".
El despido de Estela se ha podido solucionar por la vía legal, "pero la empresa continúa poniendo trabas. Los empresarios siguen sin respetar la legislación, por eso hay combinar la lucha legal con otro tipo de luchas organizativas de la juventud precaria", defiende el abogado, que piensa que "la mayoría está condenada al exilio, unido a un contexto de derrota absoluta en los centros de trabajo".
La Oficina Precaria gana así su primer juicio contra los abusos empresariales y, desde el colectivo, lo valoran como "un gran estreno" que hace que se constituya como "una herramienta que apunte a una nueva forma de organización muy necesaria en los tiempos que corren de paro, precariedad o exilio".
De hecho, este colectivo ya ha respondido a más de 300 consultas y actualmente se encuentra inmerso en la preparación de una campaña para denunciar las becas que muchas empresas aprovechan para "encubrir" puestos de trabajo evadiendo el la legislación laboral vigente.
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