Este artículo se publicó hace 13 años.
Los espías de Renault sacaron información de la economía del coche eléctrico
El presidente del fabricante francés Renault, Carlos Ghosn, cree que los tres directivos a los que despidió por sospechas de espionaje no vendieron información sobre tecnologías, sino sobre el modelo económico del coche eléctrico, y añade que no sabe quién la compró.
"Llegamos a la conclusión de que lo que salió no se corresponde con informaciones tecnológicas. Podría tratarse de informaciones sobre nuestro modelo económico", explica Ghosn en una entrevista publicada hoy por 'Le Journal du Dimanche'.
En cualquier caso confirma que el objetivo era la estrategia del vehículo eléctrico, y sobre eso insiste en que la alianza Renault-Nissan "es la única que fabrica a la vez la batería, los motores y los cargadores, que produce el conjunto del sistema".
"En una industria extremadamente competitiva y mundial, en un mercado de 2.000 millones de dólares, forzosamente atraemos la atención de competidores y proveedores", en particular porque "tenemos un avance mundial respecto a nuestros competidores, argumenta.
No obstante, al ser preguntado sobre si sabe a quién iban destinadas las informaciones supuestamente extraídas por los tres directivos despedidos, el presidente de Renault y de Nissan responde que no se ha formado una opinión al respecto y que no va a entrar en polémicas porque lo que le preocupa es "la salvaguarda de los intereses" de su compañía.
De manera que no confirma las sospechas de que los contenidos que pudieron filtrarse iban destinados a China, a través de una red de pagos en la que se utilizaron cuentas en Suiza, Liechtenstein y tal vez en otros paraísos fiscales.
Ghosn justifica que no se pusiera el caso en manos de la justicia hasta el pasado día 13, pese a que él había sido informado de las sospechas dentro de la empresa a finales de agosto, porque querían estar seguros de "la gravedad del asunto".
Cuenta que cuando le llegaron las primeras noticias le chocaron y le sorprendieron, teniendo en cuenta que uno de los presuntos implicados era el ahora ex miembro del comité de dirección Michel Balthazard, y que "por tanto es desde el principio un asunto grave".
Interrogado sobre por qué no se informó antes a la justicia, señala que se siguieron los procedimientos internos de Renault, muy precisos en estas situaciones, y que "teniendo en cuenta la gravedad del caso, no había que precipitarse ni ralentizar las cosas.
Ghosn no quiere decir si la empresa recurrió a un detective privado -como se ha publicado-, e insiste en que "todos los elementos que tenemos están ahora en manos de la justicia. No me corresponde entrar en detalles sobre lo que hemos hecho. Pero hemos sido irreprochables en lo que concierne a la legalidad".
También en que la prioridad es "proteger el grupo, nuestros activos y nuestros conocimientos".
Ghosn relativiza el impacto que este asunto de espionaje puede tener sobre su grupo: "Renault es la primera marca de Francia, la segunda en Europa. Sus resultados comerciales de 2010 serán los mejores de su historia (...) Por unas pocas personas inculpadas, no se va a cuestionar al conjunto del personal".
Por otro lado, el presidente justifica su remuneración de ocho millones de euros anuales señalando que es presidente tanto de Renault como de Nissan (a cuenta de este último recibe 6,8 millones del total) y que además esos ingresos son inferiores a la media de los más altos ejecutivos del sector automovilístico mundial y "mucho" menores que los de los estadounidenses.
A la pregunta de si es importante para él ganar mucho dinero contesta que "nadie quiere que le paguen menos que a los que hacen el mismo trabajo en el mismo campo" y además "si mi único objetivo fuera hacer dinero, me han hecho muchas propuestas en mi carrera que me habrían permitido ganar todavía más".
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