Este artículo se publicó hace 14 años.
"Ni España ni su justicia han hecho la Transición"
Ex fiscal jefe del TSJC. Defiende la causa de la justicia universal y el intento de Garzón de juzgar el franquismo
Se define como un "optimista táctico" y firma sus correos con una frase: "De derrota en derrota, hasta la derrota final". No le importa "lo más mínimo" el caso Millet ni la Pretoria. A media entrevista, Joan Delort, máximo responsable de los Mossos d'Esquadra aparece en la sala y le dedica palabras de elogio: "Aprendimos poco, porque tuvimos poco tiempo". La batalla del ex fiscal Mena está ahora en la justicia universal; sobre ese tema habló en el Departament de Interior.
¿Cómo queda la justicia española tras lo ocurrido con Garzón?
Puede pensarse que ha quedado en mal lugar salvo que pensemos que Garzón es parte de ella. La justicia española hizo la resolución de Rigoberta Menchú, llevó el asunto de Scilingo, la justicia española pudo con Pinochet... El desprestigio que puede llevar el Tribunal Supremo a la justicia española es igual al prestigio que le da Garzón.
¿Le parecen razonables los argumentos esgrimidos contra él?
Hay un libro que recoge argumentos absolutamente democráticos a favor y en contra de la justicia universal en relación con la prescripción y la extraterritorialidad. Los que mantienen argumentos en contra no son necesariamente satanizables, es una tesis defendible, pero también lo es la tesis de que es aplicable la jurisdicción universal. El derecho es una literatura especializada, y tomando los versos de Gabriel Celaya, un conjunto de palabras y un arma cargada de futuro. Ha llegado el momento histórico de revisar los dogmas de las limitaciones del derecho penal. Hubo un momento en Nuremberg, pero aquellos eran los vencedores...
"Es el momento de revisar los dogmas de las limitaciones del Derecho Penal"
No ocurre lo mismo aquí.
Es curiosísimo: los que no son los vencedores, porque aquella guerra se perdió, estamos en condiciones de comenzar a argumentar que vamos a ver de qué hablamos. En lo de Garzón, está el tema estrictamente procesal. No sabemos si los autores de esos hechos han muerto todos. Luego hay que ver si son crímenes de lesa humanidad, o delitos comunes casualmente coincidentes en el tiempo. No es fácil resolverlo; esto no son matemáticas.
Pero se le ha castigado.
Ya lo había hecho antes con los dictadores latinoamericanos y nadie se opuso. Y todavía no se le ha castigado. Si es razonable que Garzón tenga una sensación de inquietud, aquellos que están urdiendo su persecución y no me refiero a Manos Sucias [se refiere a Manos Limpias], Falange, y Gürtel, me refiero a los órganos judiciales, también pueden estarlo. Éste es un país raro: en la Gürtel hay un juez que se reconoce amigo del encausado y a nadie se le ha ocurrido meterle una querella por prevaricación a ese señor.
¿Es excesivo decir que la justicia española no hizo la transición?
Ésa es mi tesis. Ni España ni su justicia la hicieron. La justicia no es distinta del resto del país. Y sus integrantes son gente que no habían nacido cuando la guerra, no tienen nada que ver con la guerra. No es como en mi caso: juré los principios del movimiento ante Dios, fui doblemente perjuro y no me remuerde la conciencia.
¿Qué responsabilidad tiene la derecha en esa Transición no culminada?
Muy sencillo: eran los vencedores. Han hecho lo que han podido. La justicia transicional desde la derrota, o desde el pacto sin que los vencedores se bajen del carro, es un fenómeno que no sólo está en España, sino también en Sudamérica, Sudáfrica o España.
"Los que urden la persecución de Garzón pueden estar inquietos"
Pero en Suráfrica hubo aceptación de culpa.
Allí dijeron: al que confiese no le pasa nada. Aquí, los que tienen que confesar ya están muy acabados. Y en el momento en que se debería haber hecho no se pudo hacer. El primer decreto ley de la transición, y así lo explica Pérez Royo, envenenó el país en adelante. Esa ley castigó a las minorías en esta casa [en referencia a ICV] son víctimas de esa ley prevista para que la izquierda ganara lo menos posible y dio lugar a las reglas generales que influyen en el modo de designar el TC que determina el conflicto que ahora tenemos con el Estatut. Todo eso es consecuencia directa de un modo de organización de los modos de elección que procede del primer decreto ley. Fue un proceso hecho por los que mandan para que no les bajaran del carro del todo. Ésa fue la jugada de la transición.
Ha hablado de Camps y Gürtel'. ¿Se ha acordado del caso Banca Catalana'?
No me gusta hablar de Banca Catalana porque son cosas antiguas. Pero no me he recordado lo más mínimo. Sí me identifico en lo de Garzón: hace ahora 37 años que sufrimos [Carlos Jiménez] Villarejo y yo una sanción y fuimos castigados con la expulsión de Barcelona.
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