Este artículo se publicó hace 15 años.
"En España hay falta de confianza en el talento"
Entrevista a Antonio Hernández, director de la miniserie 'Tarancón'. Defiende la importancia de las series históricas
Antonio Hernández (Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, 1953) se está especializando en sotanas. Tras dirigir la miniserie Los Borgia, este ganador del Goya rueda actualmente otro producto para televisión con argumento eclesiástico. Se trata de Tarancón. El Quinto Mandamiento, una miniserie de TVE y Canal 9 protagonizada por Pepe Sancho y centrada en el cardenal que tuvo el valor de enfrentarse a Franco.
¿Por qué se ha embarcado en un proyecto basado en otro personaje eclesiástico?
«Es erróneo decir que televisión y cine son incompatibles»
Tras hablar, y no muy bien por cierto, de los colegios de curas en mi primera película, pensé que no iba a volver a dedicarle ni una línea a alguien que llevara sotana. Pero después hice una sotana importante, Los Borgia, y luego me llegó este proyecto. Al principio pensé que era una sotana más, pero la historia se me metió dentro de una manera brutal.
¿Por qué?
Recordé aquello de Tarancón al paredón, de un cura contra el franquismo que además estaba dentro del régimen. La historia se me clavó porque Tarancón tuvo los huevos de enfrentarse a un sistema que aniquilaba al enemigo. De hecho una de las órdenes de la posguerra era aniquilar; no había que acabar con los rojos, había que acabar también con sus mujeres e hijos.
«Las series de EEUU están contraatacando con calidad»
¿Tienen cada vez más aceptación las series históricas?
Ya veremos. Creo que nos viene bien a todos recuperar personajes históricos que no conocemos.
¿Qué opina de que la Ley Audiovisual vaya a permitir destinar más dinero a series en detrimento del cine?
Yo no olvido que cuando empecé no había nada. No había subvenciones, había una sola televisión y esto era un negocio puro y duro en el que producías una película pidiendo tus créditos y te enfrentabas a ir a los cines a ver si atraías a la gente. Ahora hay una protección que nos viene muy bien porque el hecho cultural es indiscutible. Sin embargo, creo que las cadenas han ganado la partida de que se computen las series, lo que va en detrimento de otro tipo de producto.
En cualquier caso, los límites entre cine y televisión se están diluyendo.
Sí, y es tal la desorientación que, por ejemplo, sugerí que Tarancón tuviera una versión cinematográfica, porque la estamos rodando en cine. Pero las ventanas que se contratan para su exhibición son diferentes y marcan que sea un producto para televisión o para el cine. No es coherente ni sensato, pero el mercado es así.
¿Qué le parece que cada vez haya más actores de Hollywood haciendo series para televisión?
Hay que perder el miedo. El cine no va a morir, igual que no murieron el teatro ni la radio, porque nada es comparable a sentarte en una sala con una pantalla que jamás vas a tener en tu casa, con un sonido tan bueno y en la soledad de una sala oscura. Es erróneo decir que televisión y cine son incompatibles.
¿No tendríamos que ser capaces de contar historias más cercanas a nuestra realidad e importar menos ideas de EEUU?
Las series españolas llegaron a ganar la batalla a las americanas, que ahora están contraatacando con una palabra mágica que se llama calidad y que quiero reivindicar ante las cadenas. Lo bueno engancha y conseguirlo no es tanto un problema de presupuesto como de que hay una falta de confianza en el talento, y en este país lo hay a raudales. Los que están arriba deben confiar más en los profesionales.
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