Este artículo se publicó hace 15 años.
Un escenario de frecuente violencia
Aumenta el número de suicidios y de soldados estadounidenses con desequilibrios mentales
La base militar de Fort Hood, en Texas, donde al menos 12 personas murieron y más de 30 resultaron heridas en un tiroteo, ha sido en los últimos dos años escenario frecuente de violencia protagonizada por los soldados. Uno de los fallecidos es uno de los agresores, según fuentes militares.
El incidente de hoy ocurrió, según las informaciones iniciales, cuando dos hombres armados con rifles M16, soldados, abrieron fuego en un centro de preparación de soldados que serán enviados al frente de batalla en Irak y Afganistán.
Según esas informaciones, los soldados que estaban en el centro habrían respondido al ataque con sus armas desatándose el caos en la mayor base del Ejército de Estados Unidos en el territorio continental.
El incidente, que se produce en medio de un reportado incremento del número de suicidios y de desórdenes mentales entre los militares estadounidenses, es el último capítulo de una serie que parece haberse hecho más violenta en los últimos dos años en Fort Hood.
Hace poco más de un año, tras un altercado, un soldado mató a balazos a su teniente y luego se suicidó. A finales de ese año, el ex convicto Denard Manns, fue ejecutado en Texas por robar, violar y matar en 1999 a la asistente médico, Michelle Robson, en un apartamento cercano a la base.
En julio de este año, el soldado Armano Baca fue acusado de asesinar al militar Ryan Richard Schlak. Ambos eran miembros de la División 1 de Caballería que había regresado a Fort Hood del conflicto en Irak. Hace sólo tres meses, el soldado Jared Lee Bottorff fue acusado de asesinar a otro soldado de Fort Hood al iniciarse una pelea entre los militares en la casa de uno de ellos.
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