Este artículo se publicó hace 16 años.
ENFOQUE-Ley filipina sobre anticonceptivos irrita a la iglesia
Por Manny Mogato
Los folletos colocados a la entrada dela mayoría de las iglesias de Filipinas piden donaciones paralos pobres, enumeran los eventos especiales próximos osimplemente solicitan plegarias.
Pero en el corazón del distrito comercial de Manila, unacapilla ha colocado una petición para oponerse a una ley deplaneamiento familiar del Congreso y pedirles a los fieles delpaís mayormente católico que firmen.
El proyecto de atención médica maternal, que obligará alGobierno a promover métodos anticonceptivos si se convierte enley, se ha convertido en un campo de batalla entre la poderosaiglesia y los activistas.
Algunos obispos han dicho que negarán la comunión y otrossacramentos a los políticos que apoyen la ley, que serádebatida este mes en la Cámara de Diputados.
Otros advierten que el crucial respaldo de la iglesia enlas elecciones parlamentarias y presidenciales del 2010 sóloserá dado a aquellos que se opongan al proyecto de ley.
"Nunca he visto a los obispos de forma tan agresiva en unacampaña por bloquear una legislación social, como en este casocontra la ley de salud reproductiva", dijo Aries Rufo, unperiodista que ha estado cubriendo los temas de la iglesiadurante más de una década.
"En los últimos seis intentos por legislar una políticapoblacional, de la Cámara baja una ley nunca sale del nivel delcomité. Solo que ahora las posibilidades de que se apruebe unalegislación en materia de planeamiento familiar son realmentealtas", añadió Rufo.
El proyecto fue aprobado por el Comité de Salud de laCámara el mes pasado, creando el marco para una disputa con laiglesia, que ha tenido un rol clave en la expulsión de dospresidentes en las últimas tres décadas y bloqueó leyes dedivorcio, aborto y planeamiento familiar.
Actualmente, el Gobierno deja los temas de planeamientofamiliar a las gobernaciones locales y pocos de ellos promuevenlos métodos anticonceptivos farmacológicos.
La iglesia recomienda la abstinencia para el controldemográfico.
CRECIENTE POBLACION Y POBREZA
Aunque la relativamente pequeña clase media en Filipinaspuede fácilmente acceder a los anticonceptivos, millones demujeres pobres no pueden hacerlo.
El suministro de un mes de la píldora cuesta 39 pesos oalrededor de 0,86 dólares, aproximadamente la mitad del salariodiario promedio de casi la mitad de la población.
Sin una efectiva política de control de natalidad, seproyecta que Filipinas, ya el décimo segundo país más pobladodel mundo con 90 millones de personas, tendrá una población demás de 140 millones de habitantes para el 2040.
Esto ejercerá una enorme presión sobre su sistema de salud,escuelas y otros servicios, y su capacidad para autoabastecerse de alimentos.
La crisis mundial de alimentos a comienzos de este año seexpandió a Filipinas, el mayor exportador de arroz del mundo.La nación ha estado luchando por independizarse de la materiaprima, pero la galopante población supera lo que se gana con suproducción.
Un estudio de opinión realizado por la encuestadoraindependiente Social Weather Station mostró que casi 7 de cada10 filipinos, en su mayoría católicos, apoyan la ley en materiade atención médica maternal.
"Nuestros políticos y legisladores deberían escuchar la vozdel pueblo", dijo Benjamín de León, presidente de un grupo quepromueve políticas y programas de planeamiento familiar.
"Estamos quedando a la zaga de nuestros vecinos del sudesteasiático porque nuestra población ha estado creciendo másrápidamente que nuestra economía. Es tiempo que nuestroslegisladores aprueben una sólida política poblacional",agregó.
Naciones Unidas y el Banco Mundial han apoyado fuertementea la ley, a fin de ayudar a Filipinas a ponerse al día yalcanzar para el 2015 sus metas bajo los Objetivos deDesarrollo del Milenio.
Pero en la capilla del Santo Niño de la Paz en Manila,miles han firmado la petición para oponerse a la ley, por temora que pueda dar lugar a una políticas más flexibles delGobierno.
"Lo voy a firmar, no sólo porque soy una católica devota,sino porque temo que nuestra moral se vea erosionada por elproyecto de ley", dijo Maripaz Balagot, empleada de unacompañía de seguros de la capital.
Janette Garin, una integrante del Congreso y doctora, dijoa Reuters que confiaba en que la polémica ley sería aprobada apesar de la fuerte presión de los obispos católicos.
"Ya tenemos el quórum", indicó.
"Son sólo los políticos que temen no recibir respaldo porla 'ira' de la iglesia. Los mismos filipinos han sido laicos",indicó a Reuters Carlos Celdrán, un fuerte defensor de la leyde salud reproductiva.
Celdrán ha usado el popular sitio de redes socialesFacebook para luchar contra quienes se oponen a la ley.
"Esperamos que la aprobación de esta ley demuestre que laiglesia ha perdido su control de la política y de lospolíticos", añadió.
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