Este artículo se publicó hace 16 años.
El encargo del rey a Martens presagia una crisis más larga de lo esperado
El encargo del rey al ex primer ministro Wilfried Martens de que medie en la crisis política desencadenada en Bélgica por el llamado caso Fortis presagia una evolución más lenta de lo deseable, según coincide hoy la mayoría de los analistas.
Alberto II, tras aceptar la dimisión del Ejecutivo presidido por el democristiano flamenco Yves Leterme, recibió ayer en audiencia a Martens y le designó negociador o "explorador" ante las dificultades para encontrar rápidamente un candidato adecuado para el puesto de primer ministro.
La Casa Real había constatado la voluntad del rey de lograr una solución lo antes posible, a más tardar el miércoles, pero las negociaciones se han complicado.
Aún así, "el rey no ha querido dejar al país sin ninguna iniciativa adoptada antes de Navidad", comenta el diario La Libre Belgique.
La misión de Martens consistirá en negociar con los partidos políticos durante los próximos tres o cuatro días, empezando hoy mismo, con el fin de intentar acercar posiciones.
Recurrir a esta "fase de exploración" pone de manifiesto lo complejo de la situación, según el diario Le Soir.
La presidenta del CdH (ex democristianos francófonos), Joëlle Milquet, afirmó hoy en declaraciones a la RTBF que la decisión del rey demuestra que "no se está tan cerca del acuerdo como se creía".
Por su parte, el propio Martens, comentó anoche a la salida de su reunión con el rey que ya tiene experiencia en solucionar "situaciones extremadamente difíciles".
Entre los posibles candidatos a primer ministro han destacado nombres como los de los ex primeros ministros Jean-Luc Dehaene (CD&V) y Guy Verhofstadt (VLD) o el del ministro de Finanzas, Didier Reynders (MR), sin embargo, ninguno parece reunir un apoyo unánime.
Dehaene no gusta a los liberales (VLD), Verhofstadt disgusta a los democristianos (CD&V) y Reynders es rechazado por socialistas (PS) y humanistas (CdH).
El CD&V, que lidera la coalición gubernamental, quiere que el nuevo primer ministro siga siendo democristiano (como Leterme), pero está por ver si los demás partidos dan su consentimiento.
Dehaene, hasta ahora el candidato más probable, impone condiciones para aceptar el cargo como la de ampliar la coalición a los socialistas flamencos (SP.A), ya que después de la retirada de los nacionalistas del N-VA (socios electorales del CD&V), el gobierno federal no cuenta en el Parlamento con el apoyo de una mayoría flamenca (pero sí del lado francófono).
Además, Dehaene preferiría poder dejar el cargo en junio de 2009 para presentarse a las elecciones europeas; mientras que el CD&V prefiere que agote la legislatura, hasta 2011.
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