Este artículo se publicó hace 15 años.
Ningún embajador asiste a la toma de posesión en Madagascar
Miles de personas aplaudieron el sábado la toma de posesión del nuevo líder de Madagascar respaldado por el Ejército, Andry Rajoelina, pero ningún embajador extranjero acudió a la ceremonia en una muestra unánime de desaprobación internacional.
Periodistas de Reuters entre la multitud de 40.000 personas en el principal estadio de Antananarivo dijeron que no vieron a ningún embajador extranjero presente.
El líder opositor de 34 años se hizo con el poder esta semana después de encabezar meses de protestas contra el presidente Marc Ravalomanana.
Esos disturbios causaron la muerte al menos 135 personas, alejaron a los turistas y desestabilizaron a los inversores en los sectores petrolero y minero, de rápido desarrollo en la isla del Océano Índico.
Ravalomanana, de 59 años, cedió el poder al Ejército, que a su vez se lo otorgó a Rajoelina para que fuera presidente.
En la ceremonia del sábado, Rajoelina dijo que sus prioridades eran luchar contra la pobreza y garantizar la seguridad. "Mi primera prioridad es mejorar la vida de la gente", declaró a la multitud.
En la mayor demostración de descontento del exterior, la Unión Africana ha suspendido a Madagascar, que se encuentra en las aguas orientales del continente y tiene un volátil historial político.
Las principales potencias occidentales, incluyendo a Estados Unidos y la Unión Europea, han calificado la toma de poder de Rajoelina de golpe de Estado y han pedido la celebración de elecciones. Varios países han suspendido su ayuda.
"A los líderes de nuestros socios extranjeros, por favor, sepan que Madagascar es el amigo de todos los países", declaró Rajoelina, añadiendo que no cambiaría la economía de libre mercado de la isla.
"Aspiramos a una nueva esperanza de libertad. Queremos una nueva dirección para nuestro país ... (Pero) respetaremos la ortodoxia financiera".
El presidente más joven de África se llama a sí mismo con cautela "presidente de la autoridad de transición" por los interrogantes sobre la legalidad de su subida al poder, y ha prometido elecciones en un plazo de dos años.
Rajoelina tiene seis años menos de los permitidos en la Constitución para ser presidente y llegó al cargo sin mediar el voto popular. El Tribunal Constitucional, sin embargo, le ha respaldado como líder nacional.
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