Este artículo se publicó hace 17 años.
Dos policías consideran un sillín de bici un arma
En el acta levantada por los agentes se lee que "han realizado las comprobaciones necesarias tendentes a impedir que se porten o utilicen ilegítimamente armas"
La Policía Local de Sevilla confiscó la madrugada del pasado 30 de septiembre un sillín de bicicleta a un joven de 28 años, topógrafo que trabaja ahora para la Universidad hispalense. ¿La razón? Los dos agentes que firman la denuncia consideraron que el sillín era un arma y se lo llevaron. Ahora descansa "junto a las catanas y las ametralladoras", según dice el joven, en el depósito de la Policía Local. El afectado, que prefiere que no salga su nombre, niega que amenazase a los municipales con él y afirma que lo llevaba en la mano para evitar que se lo robasen. Ayer aseguró a este periódico que iba a recurrir la multa, que podría ser de hasta 300 euros, según la ley de Protección Ciudadana. Este periódico trató de recabar la versión de la Policía, pero no logró localizar a los agentes.
El caso sucedió en la Alameda de Hércules, un popular lugar de cañas y copas del centro de Sevilla en el que el robo de bicicletas y sillines no es infrecuente y en donde han surgido varios conflictos entre agentes y ciudadanos a cuenta de la aplicación de la llamada ley antibotellón, que prohíbe beber en la calle.
El relato del joven, según ha dejado escrito en una misiva recogida en diversos blogs (lacalleesdetodos.blogspot.com o elbecarioenbici.blogspot.com) es el siguiente: "Poco antes de las dos de la mañana pedí una cerveza en la barra de un bar. A continuación me asomé al exterior para ver cómo la policía local se introducía entre la multitud, que habitualmente se agolpa en la puerta del bar, y les conminaban a dispersarse. Había decidido quedarme dentro del local para terminar mi cerveza. No obstante, vi cómo un conocido se enzarzaba en una discusión con algunos agentes. La conversación parecía subir de tono. Inmediatamente abandoné mi cerveza y salí, otro amigo tuvo la misma idea que yo. Nos acercamos a los agentes y antes de que pudiéramos decir nada, estos reaccionaron de forma histérica contra nosotros".
"En ese momento -continúa la carta- un policía me pidió que le entregara el sillín de mi bici, y no fue hasta ese momento en el que caí en que todavía tenía el sillín en la mano. Mientras la policía me quitaba el sillín y nos identificaba, ya habían multado a mi amigo. Una vez nos identificaron, empecé a pedir mi sillín. Pregunté por qué me lo habían quitado y me dijeron que ellos no sabían "si yo iba a agredir a un compañero con él". Cuando vi el documento de "ocupación de armas" que me entregaba me enfadé. Me negué a firmarlo".
En el acta levantada por los agentes se lee que "han realizado las comprobaciones necesarias tendentes a impedir que se porten o utilicen ilegítimamente armas" y en el apartado dedicado en el impreso oficial a la descripción del tipo de arma, características y número de ellas escriben "un sillín de bicicleta negro con vástago metálico" y añaden la marca. El joven, tras acudir al depósito de armas ("los agentes estaban alucinando de que les pidiera un sillín", dijo) y comprobar que no se lo iban a devolver, se ha gastado en uno nuevo 17 euros.
Ley antibotellón
La norma contra el botellón fue aprobada por el Parlamento de Andalucía hace un año con los votos del PSOE, la abstención del PP y la oposición de IU y PA. En estos 365 días, se han contabilizado más de 2.000 denuncias en toda la Comunidad Autónoma por diversas infraccciones, sobre todo beber en la calle, y se han contabilizado al menos 12 denuncias contra la Policía Local por excesos en su aplicación. Éstas, en varios casos, han sido archivadas.
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