Este artículo se publicó hace 15 años.
Las dos Coreas llegan a un acuerdo sobre la reunión de familias
Corea del Norte y Corea del Sur llegaron el viernes a un acuerdo para reanudar a partir de septiembre las reuniones de familias divididas por la guerra de hace cinco décadas, en un momento en el que Pyongyang trata de tender lazos a sus rivales mientras sufre el efecto de sanciones internacionales.
En otro gesto para descongelar las relaciones con un histórico adversario, Corea del Norte envió la semana pasada una delegación a Estados Unidos para discutir la reanudación de la ayuda alimentaria no gubernamental enviada a Pyongyang, informó la agencia surcoreana Yonhap citando fuentes informadas.
Varios analistas han dicho que las recientes maniobras conciliadoras de Corea del Norte podrían pretender reforzar sus arcas, después de que las sanciones impuestas por Naciones Unidas tras un ensayo nuclear dificultaran su comercio de armas, fuente clave de ingresos para el empobrecido país.
"Los norcoreanos están usando tácticas estratégicas para sortear los problemas causados por su programa nuclear", dijo Yang Moo-jin, un profesor de la Universidad de Estudios Norcoreanos, en Corea del Sur.
El viernes, ambas Coreas acordaron que unas 100 familias de ambos lados de la frontera reanudasen las reuniones entre el 26 de septiembre y el 1 de octubre.
Los encuentros tendrán lugar en el centro turístico norcoreano de Monte Kumgang, que es gestionado por una afiliada del grupo surcoreano Hyundai, dijo en un comunicado el Ministerio de Unificación de Corea del Sur.
"Las dos Coreas continuarán discutiendo temas humanitarios, incluyendo la cuestión de las familias separadas, bajo el ideal de desarrollar relaciones entre ambos países", indicó.
Las altamente emotivas reuniones de familias que tienen a hermanos, padres y parientes en lados opuestos de la península, dividida tras el alto el fuego que puso fin a la Guerra de Corea, comenzaron hace nueve años.
Corea del Sur ha estado presionando a su vecino del norte para que responda por más de 1.000 de sus ciudadanos que fueron secuestrados por el Estado comunista o eran prisioneros de guerra a los que no se les permitió regresar tras el cese de las hostilidades.
Corea del Norte suspendió las reuniones por su rechazo a las políticas del mandatario surcoreano, Lee Myung-bak, quien asumió el cargo hace unos 18 meses.
Poco después de asumir el cargo, Lee cortó la ayuda incondicional a Corea del Norte y dijo a Pyongyang que sólo se reanudaría el envío de fondos cuando pusiera fin a su programa de armas nucleares.
Pyongyang puso fin este mes a su boicot al gobierno de Lee mediante el envío de una delegación a Seúl en su primer contacto desde que llegó al poder, mientras que sus medios oficiales suspendieron los insultos que durante meses dedicaban al mandatario.
Corea del Norte también liberó a dos periodistas estadounidenses que habían sido condenadas por entrar ilegalmente en su territorio, cuando el ex mandatario estadounidense Bill Clinton visitó Pyongyang en agosto y se reunió con el líder Kim Jong-il.
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