Este artículo se publicó hace 13 años.
Desarticulada una banda que robaba coches "a la carta" y vendía las piezas
La Policía Nacional ha desarticulado una organización que se dedicaba a los robos exprés de coches "a la carta" en una operación en la que han sido detenidas doce personas y que ha permitido esclarecer 215 sustracciones de turismos y furgonetas.
Los 12 arrestados tenían perfectamente definido su papel en la red y, bajo pedido, conseguían sustraer, trasladar, desguazar y calcinar el vehículo en poco más de una hora en la Cañada Real de Madrid, según una nota de la Jefatura Superior de Policía.
Disponían de zonas habilitadas como auténticos talleres de mecánica con todo tipo de herramientas, trasportines y grúas pluma para desguazar los vehículos con el objetivo de vender sus piezas.
Varios de los detenidos fueron sorprendidos por los agentes mientras desmontaban dos vehículos que habían sido sustraídos momentos antes.
En la operación, los agentes han intervenido diez motores y numerosos ejes, radiadores, puertas, cajas de cambio, ruedas, faros y tubos de escape, provenientes de los robos y preparados para su venta.
La investigación empezó a finales del año pasado tras hallarse varios coches totalmente calcinados en una zona concreta de la Cañada Real, adonde eran arrastrados o empujados desde una pendiente, por lo que las pesquisas se centraron en determinadas parcelas.
Un complejo dispositivo policial comprobó el constante trasiego de personas que entraban en las fincas vigiladas para salir poco después con piezas de vehículos, especialmente motores.
Además, se pudo observar cómo introducían en la parcela un vehículo que, una hora después, era arrojado por la pendiente e incendiado posteriormente en ese lugar donde aparecieron, en un solo día, hasta 15 vehículos totalmente calcinados.
Cada miembro de la organización tenía una especialidad y, mientras las mujeres realizaban funciones de vigilancia, los hombres se encargaban de la sustracción, traslado, desguace y calcinado de los vehículos, así como de tráfico de las piezas, con destino final en chatarrerías o países del norte de África.
Para el robo de los automóviles, utilizaban centralitas liberadas y, tras retirar las que vienen ensambladas y codificadas de fábrica, instalaban la manipulada para arrancar el vehículo.
A continuación, el vehículo era trasladado a la parcela en la Cañada Real auxiliado por un vehículo "lanzadera" que circulaba por delante para avisar ante cualquier presencia policial.
La Policía localizó varios coches, dos de ellos sustraídos poco antes y que ya estaban medio desguazados, además de ejes, radiadores, puertas, cajas de cambio, tubos de escape y hasta diez motores, así como numerosas centralitas liberadas.
Los agentes han esclarecido el robo y calcinado de 215 vehículos y han estimado que los detenidos han obtenido un beneficio económico de unos 200.000 euros.
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