Este artículo se publicó hace 13 años.
El desánimo se apodera de Grecia, que no ve la luz al final del túnel
El Ejecutivo se comprometió esta semana a redoblar las medidas de ajuste previstas para este año // El desempleo puede subir hasta superar el 18% a finales de este ejercicio por la salida de trabajadores públicos
Belén Carreño
Hace poco más de un año, los griegos iniciaron su particular Odisea. Como Ulises, el país puede tardar casi diez años en volver a su añorada Ítaca, en este caso un nivel económico que le lleve a recuperar los parámetros de bienestar previos a la crisis. Algunos analistas locales manejan 2016 como el año en el que la situación económica se habrá reestablecido hasta el punto de normalizar por completo la vida política y social del país, aunque la Comisión Europea espera que ya en el próximo ejercicio la economía crezca.
Público ha estado esta semana en Atenas para volver a hablar con las mismas familias y trabajadores que hace un año explicaron en este diario cómo se enfrentaban a los recortes (ver información adjunta). La imagen es completamente distinta. Las entrevistas del año pasado se hicieron los días posteriores a la huelga general en la que murieron tres personas. Los griegos acababan de asistir atónitos al descubrimiento de que el Gobierno anterior les había mentido; que el aclamado Yorgos Papandreu tenía que solicitar un rescate internacional y que los que hasta ahora eran sus socios se convertían en acreedores y les exigían unas medidas draconianas.
La reducción del sector público ha inundado el mercado de parados
El enfado, la ira y la frustración se palpaban en las calles de Atenas. Hoy, se respira el agotamiento, la tristeza y un creciente desencanto. Un viaje a la inversa del que ha realizado la sociedad española.
"Los medios hablan de lo mismo todo el rato. Te levantas oyendo hablar de la quiebra y te acuestas con el mismo tema. Es contraproducente", lamenta Stamos Drakakakis, un prestigioso abogado de la competencia que se reconoce "muy cansado" de la situación económica que atraviesa el país. Drakakakis mantiene aún una buena posición social, por lo que afronta con estupefacción algo que hace un año le parecía imposible. Muchos de sus amigos están en paro. "Este es el principal cambio en mi vida personal. Muchos amigos están pensando en irse al extranjero. Yo lo he pensado pero creo que si me voy, ya no volveré..."
El fantasma del desempleo tiene atenazado el país, que según el Banco de Grecia, puede terminar en el 18% este año. Los sindicatos son aún más pesimistas y Yannis Panagopoulos, presidente de la principal confederación de sindicatos de empresas privadas en Grecia (GSEE), se atreve a aventurar un 22% dedesempleo para el año que viene. Bajo el estándar español, esta cifra puede no parecer excesiva, pero Grecia no es un país acostumbrado aldesempleo y su media histórica de paro desde 1992 apenas sobrepasa el 9% .
Los griegos perciben un fuerte aumento de la criminalidad y del racismo
Como en el resto de los países que han tenido que adoptar medidas restrictivas, el paro es una consecuencia del paquete de ajustes. Pero, en este caso, la ligazón es aún más directa ya que han sido los trabajadores públicos los que han inundado el mercado laboral griego en los últimos meses. El sector público se redujo en 82.400 personas en 2010 (de los 180.000 que perdieron su empleo) y la perspectiva es que cuando el programa se complete en 2012, la reducción de trabajadores públicos alcance los 150.000.
La disminución del sector público es una de las necesidades que mejor entiende y comparte el ciudadano, pero esta dieta de adelgazamiento que se hará mediante la no renovación de los temporales y la venta o cierre de empresas públicas pondrá una mano de obra en la calle que la economía no podrá absorber.
"Los jóvenes no ven cómo se puede mejorar, no tienen empleo o encuentran uno que no les da para vivir", explica Konstantinos Sakalaktioglou, vicepresidente del Consejo de la Juventud en Grecia. Por fuerza, el revés económico ha traído un cambio de actitud generacional. "A diferencia de sus padres, los jóvenes de entre 18 y 30 años están aprendiendo a vivir sin dinero, y a intentar ahorrar. Antes eso era imposible", explica este joven de 29 años que trabaja en banca. "Veo que los jóvenes están ahora más centrados, han cambiado la mentalidad", concluye.
La concienciación de la nueva generación en vivir de forma más austera y en tener una mayor sensibilidad hacia los impuestos es uno de los pocos destellos positivos del último año de ajustes. La medida del Gobierno de premiar la recolección de recibos, ha sido un éxito que ha logrado lo nunca visto en Grecia: hasta los taxistas dan tickets.
Pero este pequeño paso es una gota en el océano de problemas del país. El programa de la UE y el FMI contemplaba un regreso a financiarse en los mercados en 2012 materialmente imposible y le han impuesto al país nuevos ajustes antes de darle el último tramo del rescate de 110.000 millones de euros.
"El año pasado el Gobierno lo hizo muy bien. El plan fue un éxito. Pero este año no se ha cumplido con lo proyectado", explica tajante Yannis Stournaras, director de la Fundación para la Investigación Económica e Industrial. "El retraso en la venta del paquete de privatizaciones ha sido el culpable", continúa este experto, que ha sido asesor del Banco de Grecia y de Gobiernos anteriores. Para Stournaras, la posibilidad de impago (o reestructuración), no es una opción, y cree que la única salida es negociar otra línea de crédito en 2012.
La opción de no pagar, algo parecido a lo que decidió hacer Islandia en su momento, no resuena entre la clase política y social en Grecia. El propio sindicato GSEE plantea renegociar las condiciones del rescate y crear un instrumento como los eurobonos, pero no ir a la quiebra.
Mientras, una nueva amenaza surge en la sociedad griega: la inmigración ilegal y la criminalidad. Theodore Karaoulanis, un joven autónomo de 35 años que rige una pequeña maderera familiar, asegura que el centro de Atenas se ha vuelto muy peligroso. "Frente a mi despacho veo a gente todos los días rebuscando en la basura y los robos han aumentado". La sensación de Karaoulanis es generalizada y el thinktank estadounidense Balkanalysis asegura que los robos con arma han aumentado en el último año un 42,6%.
El PIB griego no volverá a crecer hasta 20121,1% cifra del PIB en el 2012
Hasta el próximo año, este indicador griego no volverá a datos positivos. Para 2011, Eurostat estima que su economía finalizará con un descenso del 3,5%.
2,4% inflación a final de 2011
Tras una subida espectacular en 2010 (4,7%), los duros ajustes provocados por el rescate económico europeo se notarán al cierre de este ejercicio. La inflación se moderará al 2,4%. Un año después, las previsiones reducen el dato hasta el 0,5%.
15,2% tasa de desempleo
El actual porcentaje de parados aumentará una décima a finales del próximo año.
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