La derrota de un ganador

Juan José Ibarretxe abandona la política con dos grandes logros en su haber. Uno es objetivo: se trata del candidato a lehendakari que ha logrado el mayor número de votos en la historia, 604.222 en las elecciones autonómicas de 2001. El otro es subjetivo, aunque muy pocos en Euskadi lo ponen en duda: es el dirigente más querido entre las bases nacionalistas. Otra cosa son los sentimientos entre los principales líderes del PNV.

Y es que, aunque públicamente la dirección del partido nacionalista se deshará en elogios a Ibarretxe de forma unánime, en el fuero interno de muchos dirigentes del sector autonomista la sensación el martes era de alivio. Al fin y al cabo, la marcha del ya ex lehendakari supone la desaparición de la principal figura del sector soberanista. Y las broncas entre las dos almas del PNV han sido constantes durante los últimos años.

Ibarretxe decidió dejar la política pocas horas después de las elecciones autonómicas del 1 de marzo, cuando asumió que los socialistas no cederían en su pretensión de que el lehendakari fuese Patxi López. "Es cierto que Ibarretxe tuvo presiones para quedarse. Los suyos le pedían que aguantase en el Parlamento hasta las elecciones forales y municipales de 2011, que eran una oportunidad para derrotar con claridad el pacto frentista firmado por PSE y PP", indica un político nacionalista próximo al ex lehendakari.

Más allá de la legendaria cabezonería de Ibarretxe, hay un segundo factor que influyó en que no cambiase su decisión: el desgaste sufrido en múltiples batallas internas. "Se va harto", resume rotundo un miembro del sector soberanista del PNV. Desde la retirada de Xabier Arzalluz a principios de 2004, la dirección del partido -el Euskadi Buru Batzar (EBB)- está controlada por el sector autonomista. Primero fue presidente Josu Jon Imaz y, desde diciembre de 2007, lo es Iñigo Urkullu. Ambos llegaron a la conclusión de que los planes soberanistas de Ibarretxe tenían un alto coste político para el PNV e hicieron todo lo posible para torpedearlos.

Meses antes de las últimas elecciones, el equipo de Urkullu aseguraba en privado que Ibarretxe era un "candidato gastado". Pero la dirección del PNV tenía dos problemas para cambiarlo. Primero, que la decisión de presentarlo como candidato a lehendakari formaba parte de los acuerdos firmados entre Urkullu y Joseba Egibar -presidente del PNV en Guipúzcoa y dirigente soberanista- antes de la última Asamblea del PNV. Unos acuerdos que permitieron la elección de Urkullu sin tener que enfrentarse a otra candidatura. Y, segundo, que la dirección del PNV no tenía un candidato con mayores garantías electorales que Ibarretxe.

Entre quienes querían descabalgar a Ibarretxe, circulaban dos nombres como posibles sucesores: Andoni Ortuzar, el presidente del PNV en Vizcaya, y Josu Erkoreka, portavoz nacionalista en el Congreso. Y si el partido tuviera que tomar hoy la decisión, es más que probable que la elección estuviese entre ambos.

Pero en la dirección del PNV recuerdan que faltan cuatro años y que es pronto para hablar de sucesor: "Para empezar, debemos realizar una reflexión interna sobre la bicefalia. ¿Tiene sentido cuando ya no tenemos al lehendakari?". Y añaden que lo primero que debe hacer el partido es adaptarse a estar en la oposición, una situación "inédita" en las tres últimas décadas.

La marcha de Ibarretxe permitirá, además, que el sector autonomista empiece a explorar las posibilidades de conseguir su escenario político preferido: un pacto con el PSE. Pero para ello habrá que esperar como mínimo un par de años, porque ahora las heridas aún sangran. Y tardarán en cicatrizar.

Andoni Ortuzar. El presidente del PNV de Vizcaya tiene una trayectoria muy vinculada a su profesión de periodista. Se inició en política en 1995 como secretario de Acción Exterior del Gobierno vasco, pero su principal papel fue de director general de la radio televisión vasca entre 2000 y 2008.

Josu Erkoreka. Es profesor de Derecho Administrativo en Deusto y lleva como diputado por Vizcaya en el Congreso desde 2000 (los últimos cinco años como portavoz del PNV). En la Administración autonómica. de la que es letrado, ocupó el puesto de director del Instituto Vasco de Administración Pública.