Este artículo se publicó hace 16 años.
Correa sostiene que Ecuador es "víctima" y no cómplice del conflicto de Colombia
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró hoy en Bruselas que su país no es "cómplice" sino "víctima" del conflicto interno de Colombia e instó al Gobierno colombiano a garantizar que la violencia no se extiende a los países vecinos.
El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Javier Solana, que se reunió con Correa y compareció con él en rueda de prensa, subrayó que la UE considera a las FARC como un grupo terrorista, pero defiende también el derecho internacional.
Sobre las supuestas pruebas que indicarían contactos entre Ecuador y la guerrilla, Solana precisó que la UE no tiene tales documentos y no va a enjuiciarlos hasta que se conozca su valor, si bien señaló que "hay cosas que se dicen que son muy graves".
Previamente, Correa, que se había reunido durante cerca de media hora con Solana, aseguró a la prensa que su gobierno está "profundamente comprometido con la paz" y detalló el impacto que el conflicto colombiano tienen en su país.
Ecuador, indicó, acoge a 50.000 colombianos "refugiados" y 300.000 más sin ese estatus, mantiene 11.000 soldados y policías en la frontera norte, con un coste de más de 100 millones de dólares anuales, y ha sufrido "decenas de muertos".
"Lejos de lo que se quiso decir en un momento dado, por existir una base de las Fuerzas Revolucionarias Colombianas en nuestro territorio, sobre que Ecuador es cómplice de las FARC o tiene alguna relación con las FARC, lejos de eso, Ecuador es víctima desde hace mucho tiempo de un conflicto que no es nuestro", concluyó.
Correa, que censuró el bombardeo de Colombia contra esa base de las FARC, realizado el pasado 1 de marzo, abogó por que la Unión Europea y la comunidad internacional ayuden a "encontrar una solución pacífica al conflicto colombiano".
"Si Colombia como país soberano decide, como ha decidido, tratar de resolver militarmente el conflicto, lo respetamos. Pero, por favor, que proteja sus fronteras y no expanda el conflicto", argumentó.
Solana respondió a preguntas de la prensa que la posición de la Unión Europea se centra en dos puntos:
En primer lugar, que "las FARC son un grupo terrorista" y agregó que "nos satisface mucho escuchar lo que ha dicho el presidente (Correa) en la misma dirección, que hay que luchar contra eso y no hay que dejarse amilanar por el terrorismo".
En segundo lugar, prosiguió Solana, la UE respeta y promueve "el derecho internacional".
Sobre esa base descansa el acuerdo de la cumbre de Santo Domingo (7 y 8 de marzo), días después de la operación contra las FARC en Ecuador, que esperamos "se materialice realmente, se interiorice y se pueda superar esa situación".
En Santo Domingo, los mandatarios latinoamericanos rechazaron la violación de la integridad territorial de Ecuador y tomaron nota de las disculpas del líder colombiano, Álvaro Uribe, y de su compromiso de que tales hechos no se repetirán.
En un posterior encuentro con periodistas y sin la presencia del presidente ecuatoriano, Solana declinó evaluar los supuestos documentos que, según algunos medios de comunicación, revelarían contactos entre la guerrilla y el Gobierno de Ecuador y abogó por esperar al dictamen de la Organización de Estados Americanos.
"Nosotros no tenemos los documentos y por lo tanto no vamos a emitir juicio, pero, una vez que se sepa el valor que tienen, hay cosas que se dicen en los documentos que son muy graves", añadió.
Además de abordar la crisis diplomática andina, Correa pidió a la UE que colabore con el proyecto campo Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT), por el que Ecuador pretende recibir una compensación de 350 millones de dólares anuales a cambio de no perforar las reservas petrolíferas situadas en la Amazonía ecuatoriana.
Solana valoró el proyecto como "muy interesante" y aventuró que la UE dará una respuesta positiva al mismo.
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