Este artículo se publicó hace 13 años.
Conocer al "padre biológico" donante de semen no lastima a niños
Por Lynne Peeples
Si en el 2010 vio la películaThe Kids Are All Right, en la que dos adolescentes criados poruna pareja de lesbianas deciden conocer a su padre biológico, sepreguntará si esa experiencia dejaría alguna cicatrizpsicológica.
Quizás no, según dos nuevos estudios publicados en la revistaHuman Reproduction que demuestran que la nueva relación no afectala salud mental de los niños y que hasta suele ser unaexperiencia positiva para el padre donante, que a menudo seinteresa por sus hijos.
"Existe debate sobre el efecto psicológico, en especialdurante la adolescencia, que puede tener en los niños haber sidoconcebidos con semen de un donante conocido o no", dijo a ReutersHealth el doctor Henny Bos, de la Universidad de Amsterdam, enHolanda.
El equipo de Bos realizó un estudio sobre 78 adolescentes demadres lesbianas concebidos por inseminación artificial yseguidos desde el nacimiento dentro del estudio llamado NationalLongitudinal Lesbian Family Study, de Estados Unidos.
Un tercio de los padres biológicos eran cercanos a lasfamilias. Un poco más permanecieron anónimos, mientras que laidentidad de 18 se podía dar a conocer cuando los hijoscumplieran 18 años.
Según cuestionarios y entrevistas con los niños a los 10 y 17años de edad, el equipo no halló diferencias en salud mental,como problemas sociales o de atención, depresión o ansiedad,entre los grupos.
Bos dijo que los patrones conductuales en los adolescenteseran similares a los registrados en estudios sobre hijos defamilias heterosexuales.
La mayoría de los niños con padre donante anónimo, pero queluego pudieron conocerlo, dijo que querían hacerlo y, según elsegundo estudio publicado, los padres donantes aceptaron congusto ese contacto: a pesar del anonimato de la donaciónoriginal, ocho de cada 10 madres y padres biológicos quierenseguir en contacto con su hijo.
Los 23 donantes de semen y óvulos en ese estudio que sehabían reunido con sus hijos biológicos dijeron que había sidouna buena experiencia. De hecho, la mayoría veía a su hijoregularmente.
"El otro hallazgo interesante fue cómo el contacto no selimitaba al donante y al hijo, sino que a veces incluía a otrosintegrantes de la familia", dijo la autora principal, doctoraVasanti Jadva, de la University of Cambridge en el Reino Unido.
FUENTE: Human Reproduction, online 17 y 21 de diciembre del2010
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