Este artículo se publicó hace 16 años.
Comienza el horario de invierno, mientras se cuestiona su ahorro energético
El horario de verano acaba en la madrugada del domingo, cuando los relojes se atrasen una hora (a las 3:00 serán las 2:00), una medida generalizada en Europa desde 1974 pero cada vez más cuestionada por su baja rentabilidad.
Incluso el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) -dependiente del Ministerio de Industria- ha precisado que un ahorro energético del cinco por ciento sólo se conseguiría con sistemas de aprovechamiento de la luz solar en los edificios, una tecnología presente en pocos inmuebles.
Según diversos especialistas consultados por Efe, la realidad es que las repercusiones de los cambios horarios son muy diferentes según la situación geográfica de los países donde se apliquen, pero esta medida permanece, año tras año, sin que la Unión Europea informe sobre los resultados económicos que suponen estos cambios para los distintos Estados.
De hecho, la Directiva 2000/84/CE, de 18 de enero de 2001, relativa a las disposiciones sobre la hora de verano establece en su artículo 5 la obligación de la Comisión de presentar un informe al Parlamento Europeo, Consejo y Comité Económico y Social, en el que se dé cuenta de la incidencia de esta aplicación en los sectores afectados.
Sin embargo, la IDAE ha aclarado a Efe que "no tienen noticia de que este informe se haya presentado o publicado".
El único dato conocido al respecto es el 5 por ciento de ahorro energético que supone el cambio horario (un dato que permanece invariable desde hace años) y que equivale a 300 millones de euros; 90 millones corresponden al potencial de los hogares españoles y 210 millones al de los edificios del terciario y al de la industria, según datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (MITYC).
En este sentido, el IDAE ha destacado que "este porcentaje se refiere al potencial de ahorro que el cambio horario puede suponer" y ha resaltado que esta cifra "sólo se conseguiría con tecnologías en los edificios" que, por ejemplo, permitan aprovechar la luz solar frente a la artificial.
Sin embargo, el IDAE ha añadido que "de ese potencial lo que se realiza es mucho menos, ya que las tecnologías de aprovechamiento de la luz natural están presentes en pocos edificios".
Por ello, este organismo ha propuesto algunos consejos para evitar un consumo innecesario de energía, ahorrar dinero y conseguir beneficios medioambientales, como la instalación de burletes y adhesivos en puertas y ventanas, ya que ahorran entre un 5 y un 10 por ciento de energía.
Otra de las medidas recomendadas es la instalación de dobles ventanas o doble acristalamiento -ahorran un 20 por ciento de energía- o de aislantes en techos y paredes, ya que el 40 por ciento de las fugas se producen por ventanas y cristales.
Además, el IDAE ha advertido de que el abuso de la calefacción es perjudicial para la salud e incrementa bastante los gastos mensuales, ya que por grado que aumente la temperatura consume entre un 5 y un 7 por ciento más.
También son beneficiosas algunas pautas de conducta de cara al invierno, como apagar la calefacción por la noche o si va a permanecer fuera de la casa más de un día, y no encenderla hasta que se haya ventilado la casa por la mañana (con 10 minutos es suficiente para renovar el aire).
Respecto a los efectos que el cambio horario puede provocar en la salud, los expertos han asegurado que son mínimos y varios pediatras, geriatras y psicólogos consultados por Efe han coincido en que no han recibido nunca una consulta por esta causa.
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