Este artículo se publicó hace 13 años.
El cómic le pierde el respeto a personajes históricos, incluso a los vivos
Para muchos puede ser sacrílego abordar mitos de la talla de Lorca o Joyce bajo el prisma del cómic. Antes se dijo lo mismo del cine. Pero las viñetas están demostrando ser un medio expresivo para acercarse a personajes, aunque estos estén aún escribiendo la historia como el "Castro" del alemán Reinhard Kleist.
El género ha desembarcado con fuerza en el salón del cómic de Barcelona, donde además de la obra de Kleist -dibujante que abordó, aunque en vertiente cómica, la vida del cantante Johnny Cash-, se han presentado numerosos títulos biográficos como "Dublinés" de Alfonso Zapico, sobre la figura de James Joyce, o "La huella de Lorca", de Juan Torres y Carlos Hernández.
La idea de "Castro" (Norma) le surgió a Kleist tras un viaje a Cuba. Fue allí cuando vio que el líder revolucionario, a pesar de su decadencia política, tenía un carisma evidente para convertirse en personaje de cómic, aunque fuera a través de la mirada irónica y crítica de un reportero, que lo retrata desde el inicio de la revolución.
Kleist apunta que Fidel Castro es un "personaje extremo", un "macho alfa" cuyo magnetismo se mantiene, sobre todo en los entornos rurales de la isla, pero que es difícil abordar, ya que el personaje se ha comido a la persona después de más de 50 años en el poder.
"Si no puedes empatizar con él, al menos este libro, me han dicho algunos lectores, te permite conocerlo un poco, entenderlo", afirma el autor, que ha contado con el apoyo del periodista Volker Skierka, biógrafo del militar cubano.
Kleist se documentó con testimonios de amigos, libros de historia y películas, entre ellas "Memorias de subdesarrollo", y fotos, antiguas y nuevas, algunas de cuyas imágenes aparecen casi calcadas en las viñetas, "porque La Habana tiene una estética muy fuerte, sus edificios, los coches y, sobre todo, esa luz..."
Sintetizar 80 años de una vida en cómic es complicado, afirma el autor -que ahora trabaja en la historia real de un boxeador alemán que pasó por los campos nazis, donde tuvo que luchar contra otros reclusos-, pero remarca que si la documentación es buena, el lector tiene una sensación de realidad palpable, las viñetas parecen "transmitir más verdad".
Kleist, que no terminó de ver la película de Oliver Stone sobre Castro -cree que se dejó llevar por su atractivo y convirtió su película casi en propaganda-, tiene previsto hacer una exposición en La Habana y espera poder entregarle un ejemplar.
"Será difícil, porque el libro es muy crítico al final y la gente de su entorno no sabe afrontar las críticas, aunque da la sensación de que él las acepta mejor. Creo que la halagaría, no lo leería, pero al menos miraría si se parece físicamente", bromea.
Para el asturiano Alfonso Zapico, autor de "Dublinés", los cómics no "desacralizan" los personajes con los que se enfrentan, sino que sirve de "atajo" para interesarse por ellos, una virtud si delante tenemos a James Joyce, protagonista de su libro y escritor con fama de "críptico" y "difícil".
Zapico ha compuesto su obra como un viaje donde la vida del autor de "Ulises" discurre por las ciudades en las que vivió: París, Trieste, Zúrich...
Esta novela gráfica levanta su esqueleto con pequeños detalles extraídos en parte de la exhaustiva y documentada biografía literaria que Richard Ellmann hizo del escrito irlandés.
"Era un reto hacer una obra de un personaje con una biografía tan densa, darle un formato fácil de leer, sin que la gente se asuste", explica el autor, que ha puesto el acento de "Dublinés" en la visión positiva que Joyce tenía de lo cotidiano. "Más que fan de la obra Joyce, me gusta su perspectiva de la vida, apreciar las cosas pequeñas", señala.
"La huella de Lorca", del dúo Juan Torres (dibujante) y Carlos Hernández (guionista), es una "biografía de ficción" que huye de los tópicos asociados al poeta granadino, pero que tiene como base doce anécdotas reales para construir el relato como un viaje de la compañía de teatro La Barraca.
Hernández, que se inicia en el mundo del cómic con esta obra -Torres lo hace en el de las biografías-, trabajó el guión durante un año leyendo las biografías más destacadas sobre Lorca, entre ellas la de Ian Gibson. "Existe un hueco para este tipo de obras, porque sirve de puente entre los fans del personaje y los cómics, y entre los amantes del cómic y estos personajes, desconocidos en muchos casos para ellos", argumenta.
Otros títulos que se presentan en Barcelona "Tristísima ceniza" (Norma), de Mikel Begoña e Iñaket, entre cuyos protagonistas reales está Robert Capa; "Carlos Gardel" (Libros del Zorro Rojo) del tándem Sampayo y Muñoz o la biografía gráfica que Sid Jacobson y Ernie Colón -autores una obra sobre el Che- han elaborado de Ana Frank.
Sergio Andreu
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