Este artículo se publicó hace 15 años.
Los chilenos votan, seguros de que volverán a hacerlo en enero
Los chilenos comenzaron a llegar a los centros de votación el domingo para unas elecciones presidenciales en la que el empresario conservador Sebastián Piñera figura como favorito, pero que según todos los pronósticos se definirá en una segunda vuelta en enero.
Las mesas de sufragio se comenzaron a constituir sin mayores inconvenientes alrededor de las 6:30 hora local (09:30 GMT), según las autoridades, y los primeros votantes ya rondaban los colegios electorales para escoger presidente y renovar parcialmente el Congreso de senadores y diputados.
En la contienda figura como segundo en intención de voto el candidato oficialista y ex presidente Eduardo Frei, quien iría a una segunda vuelta el 17 de enero, cuando la mayoría de los chilenos disfruta de sus vacaciones de verano.
Lo siguen en la intención de voto el independiente Marco Enríquez-Ominami, hijo de un ex guerrillero asesinado durante la dictadura de Augusto Pinochet, y Jorge Arrate, ex miembro de la coalición que gobierna el país y que ahora representa a la izquierda.
"Mi gran llamado (a los electores) es a que lleguen lo más temprano posible, porque eso nos va a permitir dar los resultados (de las primeras mesas) a las cuatro de la tarde (19:00 GMT), que es cuando se cumple el mínimo de 9 horas que deben estar abiertas cada una de las mesas", dijo el domingo el intendente de la Región Metropolitana, Igor Garafulic, a Radio Cooperativa.
Si Piñera se alza con una mayoría simple en los comicios del domingo, sería la primera vez que la derecha supera en una elección presidencial al candidato del bloque centroizquierdista, que gobierna el país desde hace dos décadas y que se conformó para poner fin a la dictadura de Pinochet de entre 1973 y 1990.
"Lo que está en juego en esta elección es una confrontación entre el pasado y el futuro, entre el estancamiento y el progreso, entre la división y la unidad", dijo Frei en declaraciones del sábado.
En caso de superar a Frei, la derecha obtendría su primera presidencia democráticamente elegida en medio siglo.
Se espera que unos 8,28 millones de votantes se pronuncien el domingo en 34.000 mesas, en un país donde el voto es obligatorio para quienes están inscritos en los registros electorales.
"Necesitamos renovación. Por eso voto por Piñera. Creo que luego de 20 años, él lo puede hacer mucho mejor que la Concertación", dijo Silvia Estrada, ama de casa de 42 años que votaba en la acomodada comuna de Las Condes, en la capital.
CONTINUIDAD FRENTE A CAMBIO
Piñera, dueño de una fortuna de 1.000 millones de dólares según Forbes, propone más incentivos a la iniciativa privada y pide una oportunidad para arrebatarle el control a la Concertación, un bloque que evidencia fracturas internas pese a la alta popularidad de la presidenta Michelle Bachelet.
La mandataria socialista está poniendo fin a su período en el poder con la mayor aprobación ciudadana desde que en 1990 se iniciaron los gobiernos de la Concertación, pero pese a las promesas de continuidad, su candidato, el ex presidente Eduardo Frei, no ha logrado heredar ese encanto.
Frei, de 67 años y quien gobernó entre 1994 y 2000, ha dicho que seguirá adelante con los planes de protección social que impulsó Bachelet para los chilenos de menores ingresos que buscan recortar una de las brechas más amplias entre ricos y pobres en América Latina, pese a la prosperidad del país.
"Me interesa preservar y proyectar lo realizado en los últimos diecinueve años", dijo Frei, en una columna en el diario El Mercurio del domingo.
Para los chilenos, la segunda ronda parece ineludible y se anticipa como un enfrentamiento difícil en el que la Concertación deberá esforzarse por captar parte de los votos de Enríquez-Ominami, quien al igual que Arrate, fue miembro del pacto oficialista en el pasado.
Aunque la izquierda no ha dado su apoyo en las elecciones previas abiertamente a la coalición, sí ha dejado a sus votantes libertad de acción y el porcentaje de sufragios se ha traspasado casi matemáticamente en favor de la Concertación en la segunda vuelta.
La izquierda agrupada en torno a Arrate ha insistido en llegar a un pacto que frene las opciones de Piñera en segunda vuelta, mientras que Enríquez-Ominami insiste en que él es la mejor opción frente a la derecha.
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